Después de 15 años, el Gobierno nacional reglamentó la Ley 26.281, para tratar la prevención y control de todas las formas de transmisión de la enfermedad de Chagas. Esta normativa, que había sido aprobada en el Congreso en 2007, entrará en marcha con el fin de erradicar esta enfermedad.
Esto se hizo oficial a través del decreto 202/2022, que fue publicado este jueves en el Boletín Oficial, el cual lleva la firma del presidente Alberto Fernández, el Jefe de Gabinete Luis Manzur y la ministra de Salud Carla Vizzotti.
Según informaron desde la cartera sanitaria, con la reglamentación de la ley el Poder Ejecutivo deberá “desarrollar intervenciones que permitan dar respuestas preventivas y de tratamiento de índole ambiental, laboral, sanitaria, educativa y de vivienda y hábitat saludable”.
Entre las disposiciones que tiene el texto aprobado en el 2007 por el Congreso, se establece la obligatoriedad de realizar testeos en todas las personas con capacidad de gestar, embarazadas, recién nacidos e hijos de mujeres que padecen esta afección, y en personas donantes y receptores de órganos, tejidos y de sangre a transfundir.
La misión será hacer diagnósticos a tiempo para que aquellas personas puedan recibir el tratamiento a tiempo. Además, la ley menciona que se debe prestar ayuda financiera a las autoridades sanitarias de todo el país para llevar a cabo las medidas necesarias, trabajar en conjunto con los países donde también esté presente esta enfermedad y concientizar sobre esta enfermedad a la población.
“Para nosotros es un orgullo enorme poder saldar esta deuda pendiente”, remarcó Vizzotti sobre esta reglamentación. Además, marcó que el objetivo es que “en estos dos años podamos tener resultados concretos en relación al control y la eliminación de la transmisión vertical y del Chagas vectorial”.
La enfermedad de Chagas es una infección causada por el parásito Trypanosoma cruzi, la cual se puede contagiar a través de la picadura de una vinchuca, de forma vertical entre una persona gestante y su bebé, mediante transfusiones o trasplantes o incluso en contacto con alimentos contaminados.
De acuerdo a las estimaciones mundiales, se estima que hay entre 6 y 8 millones de personas que padecen esta afección, y cerca de 1,5 millones corresponden a la Argentina. Sin embargo, la mayoría no lo sabe dado que no se ha realizado los controles necesarios.
