Por Pandora Dewan, de Newsweek
¿Anhelas tener una mejor memoria? Tal vez estés dando una presentación o estudiando para exámenes, o tal vez siempre olvides dónde guardaste las llaves. Independientemente de lo que intente recordar, la memoria juega un papel crucial en nuestra vida cotidiana.
Al igual que nuestros músculos, nuestra memoria necesita ejercitarse para alcanzar su máximo potencial. También es algo que hay que entrenar.
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Boris Konrad es neurocientífico y campeón mundial de la memoria que posee varios récords mundiales Guinness de memoria. Newsweek habló con él sobre lo que hace para mantener su memoria en plena forma.
«La memoria es una habilidad, no un talento innato», dijo Konrad a Newsweek. «Lo más relevante para preservar una memoria saludable es usarla y desafiarla. Me gusta jugar un juego rápido de deportes de memoria varias veces por semana. Para hacerlo, puedo memorizar 100 dígitos en un minuto o una baraja de cartas”.
Para el memorizador no entrenado, esto parece una tarea desalentadora. Pero Konrad utiliza un truco especial para recordar largas listas de información.
«Esto sólo es posible gracias al uso de técnicas mnemotécnicas como el palacio de la memoria», afirmó.
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Popularizado por Sherlock, el método del palacio de la memoria funciona visualizando un lugar que conoces bien y trazando un camino a través de ese lugar. A lo largo de su camino, selecciona puntos clave específicos a los que atribuye una sola pieza de información.
Luego, cuando hayas asignado todos tus puntos clave, es hora de caminar por tu palacio de la memoria, solidificando cada una de esas asociaciones. Cuanto más repitas el ejercicio, más fuertes serán estas asociaciones.
«Nuestra investigación ha demostrado que sólo seis semanas de entrenamiento diario en esos mnemotécnicos conducen tanto a cambios en las redes neuronales como a un rendimiento de la memoria más duradero con una codificación neuronal más eficiente», dijo Konrad.
Pero estos ejercicios basados en patrones no son la única manera en que Konrad mantiene su memoria fresca.
«Además de la mnemotecnia, trato de realizar algunos ejercicios breves de atención plena a diario», afirma Konrad. «Esto podría ser tan breve como detenerme durante cinco minutos en un pequeño bosque de camino al trabajo y simplemente observar atentamente la naturaleza con todos los sentidos.
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«Cuando leo, también aprovecho los efectos positivos de la práctica de recuperación. Esto significa que después de leer un artículo o una sección de un libro, si creo que valió la pena ser recordado, dedico sólo uno o dos minutos a recuperar lo que Simplemente leo sin mirar el texto. Hago lo mismo después de reuniones, videollamadas y llamadas telefónicas».
Nuestro entorno también puede ayudarnos en estos ejercicios: «Podemos adaptar nuestro entorno a nuestro favor», afirma Konrad. «Considere la posibilidad de integrar elementos mnemotécnicos en su entorno. Por ejemplo, si está aprendiendo un nuevo idioma, puede etiquetar los artículos del hogar con sus nombres en el idioma de destino. Establezca señales donde los vea con frecuencia, que le recuerden hacer ambos descansos breves. para mantener su mente alerta durante el transcurso del día, así como realizar algunas tareas de memoria para mantener su memoria desafiada y saludable».
Sin embargo, exteriorizar su memoria, es decir. Escribir todo puede ayudarte a organizarte mejor, pero no siempre te permitirá recordar mejor. «Si externalizamos la mayor parte de nuestra memoria, no sorprende que nuestra propia memoria empeore, y que ocurra lo contrario si la usamos más», dijo Konrad.
Incluso sin jugar a estos juegos mentales, nuestra vida diaria puede brindar oportunidades para entrenar el cerebro sin que usted se dé cuenta.
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«Incluso sin ningún entrenamiento de la memoria, alguien que siempre trabajó con personas y estuvo interesado en los nombres tendrá una mejor memoria de nombres que alguien que rara vez conoce gente nueva y siempre creyó que no podía recordar los nombres», dijo Konrad.
Pero incluso con un entrenamiento regular, no todo el mundo será un campeón de la memoria; gran parte de esto también se debe a nuestra genética y nuestro estilo de vida. «En la mayoría de las tareas de memoria, incluido el rendimiento cotidiano de la memoria y el aprendizaje en diversos entornos, el uso de las estrategias de memoria adecuadas y algo de entrenamiento pueden permitir a cualquiera lograr ganancias masivas», dijo Konrad. «[Pero] al observar el rendimiento inicial, la genética sí juega un papel. En grupos suficientemente grandes, el rendimiento de la memoria en diversas tareas está muy correlacionado con el coeficiente intelectual, por ejemplo.
«El estilo de vida y los factores ambientales también desempeñan un papel importante a la hora de afectar nuestra memoria, tanto positiva como negativamente».
Empezando por los aspectos negativos, Konrad se refirió al estrés, el sueño y la alimentación.
«El estrés, en particular, con el tiempo puede interferir con la capacidad del cerebro para almacenar y recuperar información», dijo. «La falta de sueño también perjudica la función cognitiva, incluida la memoria, mientras que una dieta deficiente, especialmente una rica en azúcares y grasas saturadas, puede tener un impacto negativo a largo plazo en la salud del cerebro.
«Su cerebro limpia su memoria mientras dormimos y el sueño profundo parece ser importante para eso. Reducir la exposición a la luz por la noche, tener rutinas consistentes a la hora de acostarse no solo para los niños sino también para usted mismo, y tener la temperatura del dormitorio y la rigidez del colchón como las más importantes cómodo para todos ustedes puede ayudar».
Todo el mundo puede beneficiarse del entrenamiento cerebral y estos juegos de memoria pueden respaldar nuestra salud emocional y cognitiva en general.
«El cerebro, como cualquier otro órgano del cuerpo, se beneficia del ‘ejercicio’ regular», dijo Konrad. «Esto no significa que tengas que memorizar una baraja de cartas a diario o convertirte en una enciclopedia ambulante. Simplemente mantén tu cerebro ocupado.
«Podría ser a través de la lectura, los rompecabezas, el aprendizaje de una nueva habilidad o incluso algo tan simple como tomar una ruta diferente al trabajo para romper con la rutina. La variedad y los desafíos mantienen el cerebro flexible y eso, a su vez, favorece una mejor función de la memoria”.
Publicado en cooperación con Newsweek
