El sistema de salud de Brasil se encuentra en la mira luego de que se confirmó que seis personas se contagiaron con VIH luego de haber sido trasplantadas con órganos infectados en Río de Janeiro.
El caso comenzó a mediados de octubre, cuando un paciente que había recibido un trasplante de corazón en enero comenzó a padecer síntomas neurológicos. Luego de realizarse varias pruebas, constataron que estaba infectado, pese a que antes de la operación afirmó que no tenía esta enfermedad.
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Casi un mes después, a principios de octubre, otro paciente que recibió un trasplante y no tenía el virus antes del procedimiento presentó síntomas neurológicos y dio positivo en VIH.
Así fue como las autoridades sanitarias de Río de Janeiro abrieron una investigación. Gracias a una muestra de sangre de los donantes, se descubrió que padecían esta enfermedad. Al contactar al resto de las personas que recibieron órganos de estos donantes, se supo que había más contagiados.
Hasta el momento, la ministra de Salud brasileña, Nísia Trindade Lima, confirmó que de los dos donantes -un hombre y una mujer- hubo seis receptores que “también dieron positivo para VIH”.
Tras este hecho, las autoridades pusieron bajo la lupa al laboratorio PCS Lab Saleme, subcontratado por la Secretaría de Salud de Río de Janeiro para hacer los estudios de seguridad de los donantes, ante la sospecha de que no realizaron los controles sanitarios necesarios para reducir costos.
De acuerdo a la investigación, el laboratorio no había adquirido el material para realizar los test de VIH que son obligatorios por ley, los cuales deben hacerse ante cada trasplante para evitar que las personas que lo necesitan reciban un órgano infectado.
El establecimiento fue cerrado, ya que se detectaron graves irregularidades como que no tenía licencia para operar y no respetaba las normas de conservación del material genético.
Al momento, hay cuatro personas detenidas, entre ellos uno de los propietarios del laboratorio y tres empleados. El socio del establecimiento capturado es pariente del exsecretario de Salud de Río de Janeiro, Luiz Antônio de Souza Teixeira Júnior, conocido como Dr. Luizinho, motivo por el cual se investiga también si hubo alguna influencia en la contratación de dicho establecimiento.