Mientras los científicos discuten todavía en el mundo si es recomendable la vacunación contra el COVID-19 entre los niños de hasta tres años de edad, un estudio analizó el impacto de la inoculación en Argentina, Brasil y Chile de las dos vacunas chinas más aplicadas entre los más pequeños: Sinovac y Sinopharm.
Como resultado, aseguran que quedó en evidencia que la protección que ambas vacunas ofrecen contre el coronavirus es “limitada” en los grupos de niños, además de que serían menos efectivas contra la variante Ómicron, que es por ahora la cepa dominante.
Aunque estas conclusiones todavía no han sido revisados por la comunidad científica, los datos de la investigación fueron publicados en la prestigiosa revista Nature, con la firma de Smriti Mallapaty.
De todos modos, allí se recomienza enfáticamente la vacunación de los menores y se aclara que no se habla de riesgos, sino de grado de protección. “Es importante vacunar a los niños para evitar casos graves”, asegura Enny Cruz, epidemióloga de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, coautora de uno de los estudios.
Y es que algunos investigadores no están de acuerdo en que sea indispensable, siempre hablando de ese grupo de niños muy pequeños. Por ejemplo, Shabir Madhi, vacunólogo de la Universidad de Witwatersrand, de Sudáfrica, sostiene que “la enfermedad grave y la muerte por COVID-19 son raras en los niños”, mientras que las vacunas “no ofrecen una protección impresionante contra la infección por SARS-CoV-2 o la enfermedad leve”. De hecho, asevera que en entornos de importantes recursos, como EEUU, muchos niños se han infectado al menos una vez, adquiriendo ciertos niveles de inmunidad.
A la fecha, de acuerdo a la firma de análisis de salud Airfinity en Londres y a la organización sin fines de lucro Our World in Data en Oxford, del Reino Unido, ya se han aplicado en todo el mundo más de 5.000 millones de dosis de Sinovac y Sinopharm. Una importante parte de ellas se han aplicado en niños mayores a tres años de edad.
Ambas son vacunas «inactivadas», es decir, se basan en virus completos que han sido eliminados, lo que fuerza al cuerpo a generar la respuesta inmune. Datos recientes sugieren que en adultos de 60 años o más, dos dosis de CoronaVac (la vacuna de Sinovac) ofrecen menos protección contra enfermedades graves y la muerte causadas por Ómicron que dos dosis de la vacuna basada en ARN mensajero, como la de Pfizer-BioNTech. Pero también hay elementos para creer que tres dosis de cualquiera de ellas aumenta significativamente los niveles de protección.
De acuerdo a Nature, el 15 de marzo se publicó un análisis sobre la efectividad de la Sinovac: en una población de 490.694 niños de 3 a cinco 5 en Chile (de principios de diciembre de 2021 a fines de febrero de 2022), las vacunas inactivadas fueron 38% efectivas para proteger a los niños contra el COVID-19 sintomático y 65% contra la hospitalización. Estos son los primeros datos al respecto.
Rafael Araos, médico y epidemiólogo de la Universidad para el Desarrollo en Santiago, es coautor del trabajo, y asegura que los niños tienen un riesgo “muy bajo” de terminar en un hospital cuando se infectan, por lo que se dificulta evaluar un efecto de las vacunas. Pero, justamente por eso, se cree que el desempeño de las vacunas es “bastante bueno”.
El PROBLEMA DE ÓMICRON
En Argentina se realizó un estudio (publicado el 19 de abril) en el que se observan resultados similares, pero con respecto a Sinopharm. Se analizó una muestra de 1,5 millones de niños, de entre 3 y 11 años, que habían recibido la vacuna.
El análisis mostró una eficacia del 59% a la hora de prevenir hospitalizaciones durante la ola de Ómicron, haciendo bajar las internaciones en un 83% respecto a diciembre-enero, cuando también circulaba Delta.
Mientras tanto, un estudio en Brasil (del 29 de abril) evaluó unos 200.000 resultados de pruebas de SARS-CoV-2 en niños de 6 a 11 años, y estimaron que dos dosis de Sinovac fueron efectivas en un 49% para protegerlos; y un 64% para evitar hospitalizaciones y muertes.
Como conclusión general, todo indica que las vacunas no pueden frenar la circulación viral, pero sí son efectivas contra enfermedades graves, asevera Cruz. Sin embargo, Madhi señala que la gran cantidad de infecciones no registradas en niños significa que las estimaciones de efectividad probablemente no están comparando la inmunidad inducida por la vacuna con la ausencia de inmunidad, sino que hay una inmunidad «híbrida», conferida tanto por la vacunación como por la infección.
DURACIÓN Y COSTOS
Finalmente, Madhi sostiene que le preocupa la gran cantidad de niños que deben vacunarse, siendo que las vacunas no tienen una probada alta efectividad para casos leves, que representan el 99% de los casos en niños. “Sería una verdadera exageración justificar esto como una estrategia rentable”, agrega.
Por su parte, Gagandeep Kang, virólogo del Christian Medical College en Vellore, India, señala que “a nivel individual, sí, vacunar a los niños es algo bueno”, pero advierte que se necesitan más estudios sobre cuánto dura la protección y la amplitud de la cobertura, pensando en las variantes emergentes.
En ese sentido, Franco Marsico, estadístico del Instituto de Cálculo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y coautor del estudio de Argentina, asegura que es clave rastrear la protección menguante. “Esta es una de nuestras principales preocupaciones al entrar en invierno”, concluyó.