ientíficos dieron una dosis de oxitocina, la hormona del amor, a un grupo de leones para observar qué impacto tendría en este vulnerable depredador.
La oxitocina es una hormona que, en los humanos, está asociada con el parto, la lactancia, y el vínculo afectivo. En los animales, la investigación de las últimas décadas sugiere que puede jugar un papel en los vínculos sociales.
Por ejemplo, una investigación publicada en 2017 mostró que inyectarles oxitocina a focas salvajes las hizo más amigables entre sí. Actualmente, las cifras de leones están disminuyendo. Se estima que quedan unos 20,000 en la vida silvestre.
Los humanos cazan leones en represalia por sus ataques al ganado y a la gente, así como de forma preventiva para proteger a quienes viven cerca. La especie también es blanco de los cazadores de trofeos.
Los esfuerzos de conservación de leones con frecuencia involucran la reubicación de ejemplares de áreas en las que corren peligro debido a la presencia humana, así como su reintroducción a parques nacionales.
DEPREDADORES ALTAMENTE TERRITORIALES
Pero los leones son un depredador agresivo y altamente territorial. Esto significa que introducir a un nuevo individuo en un área en la que ya hay leones presentes puede resultar riesgoso.
Científicos de la Universidad de Minnesota querían observar si la oxitocina promovería las conexiones sociales entre leones, como lo hace en otras especies. En su experimento, conducido en una reserva de vida silvestre en Sudáfrica, los investigadores atrajeron a los leones a una cerca alambrada con pedazos de carne.
Una vez que se acercaban lo suficiente, les rociaban oxitocina en la nariz. Los hallazgos mostraron que los 23 leones a los que se les administró oxitocina fueron más tolerantes hacia los demás y menos territoriales.
“Puedes ver sus rasgos suavizarse de inmediato. Van de ser ariscos y agresivos a un comportamiento totalmente calmado”, declaró Jessica Burkhart, autora principal del estudio, publicado en la revista científica iScience. “Se relajan por completo. Es impresionante”.
CONSERVACIÓN DE LEONES
El coautor del estudio, Craig Packer, del Departamento de Ecología, Evolución y Conducta, dijo a Newsweek que los leones son por mucho la especie felina más sociable, ya que demuestran un evidente afecto hacia sus compañeros.
Es muy probable que estos sean comportamientos que liberen pulsos de oxitocina, añadió. “Nuestra investigación previa sobre leones salvajes en el Serengeti mostró que su sistema social complejo se deriva de una fuerte sensación de ‘nosotros contra ellos’. Sus relaciones sociales son increíblemente fuertes en gran medida por los peligros que representan otros grupos vecinos.
“El grupo más grande gana y el orgullo hace que trabajen bien juntos para ahuyentar a los extraños de sus territorios. Pero su respuesta territorial disminuye de forma dramática bajo la influencia de la oxitocina“, explicó el experto.
“En lugar de rugir en respuesta a los rugidos de un extraño, permanecen en silencio. Usualmente, el sonido de un rugido es equivalente a presionar el botón de respuesta territorial en un león, pero la oxitocina prácticamente lo apaga”.
Sarah Heilbronner, también coautora y neurocientífica, dijo a Newsweek que hay muchas razones por las que la oxitocina podría relajar a los animales en lo que de otra manera son situaciones sociales agresivas.
CIRCUITOS DE RECOMPENSA
“Una posibilidad es que la oxitocina subraye los aspectos gratificantes de las interacciones sociales. Sabemos que la oxitocina impacta los circuitos de recompensa”, dijo la experta.
“Tal vez causa que los ámbitos agradables de las interacciones sociales se sientan muy bien, y eso puede eclipsar el estado de tensión y vigilancia”, añadió.
Packer dijo que su trabajo podría ayudar a instalaciones de vida silvestre que necesitan promover los vínculos sociales entre leones que no se conocen.
“En gran medida las técnicas anteriores han confiado en tranquilizantes, antidepresivos, etcétera”, dijo Packer. “Estos funcionan siempre y cuando se administren bien los fármacos. Pero los efectos casi siempre desaparecen después de algunos días o semanas”.
Burkhart ahora espera usar oxitocina para ayudar a animales rescatados de circos y zonas de guerra. “La esperanza es que esto se traduzca en más animales reubicados en la naturaleza”.
Y concluyó: “Deseamos que los ayude a estar más dispuestos a interactuar en su nuevo ambiente social con más curiosidad y menos temor; dando lugar a conexiones más exitosas”.
Publicado en cooperación con Newsweek en español