El alto contenido de proteínas, la sostenibilidad, las oportunidades económicas y el aumento de la demanda alimentaria están en la lista de las razones por las cuales la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), recomienda insertar insectos comestibles en el menú.
En los mercados de Tailandia, se pueden ver vendedores ambulantes que venden gusanos y grillos de bambú, que se sirven crujientes y calientes a los consumidores. Además de ellos, otras 1.900 especies de insectos comestibles se consumen en todo el mundo y representan una parte de muchas dietas nacionales.
En Asia, los carunchos de palmeras rojas se encuentran entre los más populares y se consideran un manjar valorado en muchos países. En la República Democrática del Congo, el pueblo Ngandu se alimenta de orugas durante los meses lluviosos.
En Europa y América del Norte, los lugares están creciendo y están empezando a almacenar estos productos llenos de proteínas en sus estantes. Además, la Unión Europea también busca estandarizar los insectos como fuente de alimento, delineando normas de seguridad que les permitan venderse para consumo humano.
La FAO preparó una lista con cuatro razones por las que los insectos comestibles deben tener un lugar en el menú.
1- VALOR NUTRICIONAL
Los insectos comestibles tienen un importante valor nutricional y pueden ser adiciones saludables a las dietas. Ofrecen energía, grasas, proteínas y fibra y, dependiendo del insecto, pueden ser buenas fuentes de micronutrientes como el zinc, el calcio y el hierro.
Estos animales también pueden ofrecer una fuente de proteínas alternativa a las carnes convencionales. Por ejemplo, una comparación de carne de res y lodos muestra que, si bien los aminoácidos y el contenido de grasa de la carne de vacuno son mayores que los gusanos, tienen valores minerales comparables y tienen un mayor contenido de vitaminas.
2- AMBIENTALMENTE SOSTENIBLES
Los insectos comestibles tienen múltiples ventajas para el medioambiente. Por ejemplo, la cría de insectos emite considerablemente menos gases de efecto invernadero que la mayoría de las otras fuentes de proteínas animales y requiere sustancialmente menos agua que la cría de ganado.
Además, el espacio necesario para crearlos es significativamente menor en comparación con la producción animal y los insectos son muy eficientes en la conversión del alimento en proteína.
3- OPORTUNIDADES ECONÓMICAS
Además de una fuente de alimento, los insectos comestibles pueden proporcionar medios de subsistencia e ingresos. Como la cría de insectos requiere un espacio mínimo, se puede hacer en áreas urbanas o rurales, lo que hace que la práctica sea ventajosa para algunas localidades.
Los insectos comestibles también son fáciles de transportar y, a menudo, fáciles de crear sin un entrenamiento profundo. Así, el método ofrece oportunidades económicas para quienes tienen acceso mínimo a la tierra, la formación y otros recursos.
4- RECURSO INFRAUTILIZADO
A medida que la población mundial sigue creciendo, la producción de alimentos tendrá que aumentar, presionando la producción agrícola y los recursos naturales. Se necesitarán soluciones innovadoras para satisfacer la demanda mundial de proteínas y otras fuentes nutritivas de alimentos. La cría de insectos presenta una oportunidad para ayudar a satisfacer estas crecientes demandas.
Aunque reconoce su capacidad de seguridad alimentaria y nutricional, la seguridad alimentaria y la higiene deben ser una prioridad en la discusión. Una publicación de la FAO analiza las implicaciones de seguridad alimentaria asociadas a los insectos comestibles para ayudar a establecer prácticas de higiene y fabricación en el sector.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español