Por Roberto Pico, de Noticias Argentinas
En medio de un brote histórico de dengue, el principal repelente contra los mosquitos transmisores es producido por una empresa multinacional de origen estadounidense que pese a la necesidad sanitaria de la población ejecuta algunas prácticas abusivas producto de su posición dominante.
La empresa es S.C. Johnson y es la dueña de la marca “OFF”, además de comercializar “Fuyi” y Raid en la Argentina.
Las quejas de los consumidores surgen por el faltante el producto y el precio al que se lo consigue, con una disparidad muy grande entre comercios.
Esto también fue posible debido a que el Gobierno de Javier Milei desmanteló todas las áreas de control de la Secretaría de Comercio.
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Como siempre en estos casos la caja de resonancia son las redes sociales donde los consumidores arremeten contra la empresa por el abuso de los precios y la falta de abastecimiento.
Desde la empresa no hacen mención al tema precios, pero sobre el abastecimiento señalan que si bien están aumentando la producción la demanda superó cualquier previsión.
Pero lo cierto es que un simple frasco que a principios de año tenía un valor entre $2.500 y $3.000, hoy están costando 10 veces más sin que exista razón económica que lo justifique sino una decisión de la compañía de arremeter contra la población necesitada de un producto para cuidar su salud.
El principal insumo utilizado por los repelentes de mosquitos es el N,N-dietil-meta-toluamida (DEET). Este compuesto fue creado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en 1946 para ser utilizado por el ejército nacional. Cuatro años después lo liberaron para uso público.
Fuente: NoticiasArgentinas.com