En el día de ayer Rusia dijo que la primera tanda de su vacuna contra el COVID-19 estará lista dentro de dos semanas para inmunizar al personal médico de su país, y consideró «infundadas» las advertencias sobre la seguridad de expertos en salud por la rápida aprobación del fármaco.
El presidente de ese país, Vladimir Putin expresó que Rusia se había convertido en el primer país en otorgar la aprobación regulatoria a una vacuna para el COVID-19, después de menos de dos meses de pruebas en humanos.
La vacuna aún no ha completado sus pruebas finales. Solo alrededor del 10% de los ensayos clínicos tienen éxito y algunos científicos temen que Moscú esté anteponiendo el prestigio nacional a la seguridad.
«Parece que nuestros colegas extranjeros están percibiendo las ventajas competitivas específicas de la droga rusa y están tratando de hacer comentarios que en nuestra opinión son completamente infundados», dijo el miércoles el ministro de Salud, Mikhail Murashko.
El funcionario sostuvo que la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya de Moscú se administraría a personas, incluidos médicos, de forma voluntaria, y que estaría lista pronto. «Las primeras dosis de la vacuna se recibirán dentro de las próximas dos semanas, principalmente para los médicos», declaró.
Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya, dijo que los resultados de los ensayos clínicos se publicarán una vez que hayan sido evaluados por los propios expertos de Rusia. El científico añadió que Rusia planea poder producir 5 millones de dosis al mes para diciembre o enero.