Con el sol del verano argentino llega la temporada de vacaciones, de pileta y de colonia para los más chicos. Y con la diversión y el relax vienen también distintos desafíos para nuestra salud, vinculados al contagio a través del agua y los espacios comunes.
Una de las enfermedades más frecuentes en este contexto es la conjuntivitis, una infección de los globos oculares que afecta a grandes y chicos sin distinción y que, además, es sumamente contagiosa.
La conjuntivitis se puede producir por “alergias, sustancias inflamatorias y conductos lagrimales bloqueados; sin embargo, la mayoría de los casos son el resultado de una infección bacteriana o viral”, según lo explica el Dr. Nicolás Polisky, oftalmólogo de DIM Centros de Salud a través de un comunicado informativo. Por eso, uno de los principales focos de contagio son aquellos lugares en los que se reúnen grupos de niños, tales como guarderías, aulas o clubes.
“La conjuntivitis es un cuadro oftalmológico donde la conjuntiva (la tela transparente que cubre la parte blanca del ojo) se inflama. Esta infección puede estar debida a un virus, una bacteria, alergias o algún químico”, explica Polisky, y agrega: “La mayoría de las conjuntivitis producen ojos rojos, secreciones, picazón, lagrimeo, etc. Por eso siempre es importante consultar con un oftalmólogo si se presentan los ojos rojos, ya que desde afuera todos estos cuadros pueden ser muy parecidos”.
Según detalló el profesional de la salud, los síntomas de la conjuntivitis (también llamada “ojo rosado”) pueden incluir:
– Color rosado o rojo en el blanco de los ojos.
– Aumento de la producción de lágrimas.
– Sensación de tener un cuerpo extraño en los ojos o ganas de frotarse.
– Picazón, irritación y/o ardor.
– Secreción (pus o mucosidad).
– Formación de costras en los párpados o pestañas, especialmente por la mañana.
– Lentes de contacto que se sienten incómodos y/o no se mantienen en su lugar.
Pero puede haber más síntomas. Por ejemplo, algunas personas pueden manifestar picazón en la nariz o garganta, estornudos o incluso asma, similar a un resfrío o gripe.
Además, Polisky advirtió que “la falta de control oftalmológico y no tener la graduación correcta de anteojos o la necesidad de usar algún tipo de lubricación ocular puede ocasionar irritación de la conjuntiva o fatiga ocular”. En ese sentido, subrayó que “el tratamiento va a depender de la causa de la conjuntivitis”: en algunas ocasiones se necesitan antibióticos, antialérgicos, lubricantes e incluso pautas de higiene de los párpados, los ojos y las manos”, indicó el especialista de DIM Centros de Salud.
CLAVES PARA EVITAR EL CONTAGIO
A continuación, las cuatro claves para prevenir la propagación de la conjuntivitis:
1- Lavarse las manos con agua y jabón luego de ir al baño.
2- Higienizar con frecuencia las manos con alcohol líquido o en gel.
3- Si presenta ojo rojo, secreciones o picazón, consultar con un especialista de oftalmología.
4- Si presenta síntomas y conjuntivitis, puede contagiar. No saludar a nadie con un beso o darle la mano.
Finalmente, el oftalmólogo resumió: “Higienizarse las manos y evitar el contacto es la mejor forma de prevenir cualquier infección”.