La tecnología desarrollada por científicos de la Universidad de Yale restaura la función celular y orgánica en cerdos después de la muerte.
A los pocos minutos del latido final del corazón, una cascada de eventos bioquímicos desencadenados por la falta de flujo sanguíneo, oxígeno y nutrientes comienza a destruir las células y los órganos de un cuerpo. Pero un equipo de científicos de Yale ha descubierto que la insuficiencia celular masiva y permanente no tiene por qué ocurrir tan rápido.
Utilizando una nueva tecnología que el equipo desarrolló, y que entrega un fluido protector celular especialmente diseñado a órganos y tejidos, los investigadores restauraron la circulación sanguínea, así como otras funciones celulares en cerdos hasta una hora completa después de su muerte, informan en la edición del 3 de agosto de la revista Nature.
Los hallazgos pueden ayudar a ampliar la salud de los órganos humanos durante la cirugía y la disponibilidad de órganos donantes, dijeron los autores.
“Todas las células no mueren inmediatamente, hay una serie de eventos más prolongados”, asegura David Andrijevic, científico investigador de la Facultad de Medicina de Yale y coautor principal del estudio, y añade: “Es un proceso en el que puedes intervenir, detener y restaurar alguna función móvil”.
La investigación se basa en un proyecto anterior dirigido por Yale, que restauró la circulación y ciertas funciones celulares en el cerebro de un cerdo muerto con tecnología denominada BrainEx.
Publicado en 2019, ese estudio y el nuevo fueron dirigidos por el laboratorio de Nenad Sestan, de Yale, quien afirmó: “Si pudiéramos restaurar ciertas funciones celulares en el cerebro muerto, un órgano que se sabe que es más susceptible a la isquemia -suministro de sangre inadecuado-, planteamos la hipótesis de que también se podría lograr algo similar en otros órganos trasplantables vitales”.
RESTAURAR LA CIRCULACIÓN
En el nuevo estudio los investigadores aplicaron una versión modificada de BrainEx llamada OrganEx a todo el cerdo.
La tecnología consiste en un dispositivo de perfusión similar a las máquinas corazón-pulmonar, que hacen el trabajo del corazón y los pulmones durante la cirugía, y un fluido experimental que contiene compuestos que pueden promover la salud celular y suprimir la inflamación en todo el cuerpo del cerdo. Se indujo un paro cardíaco en cerdos anestesiados, y fueron tratados con OrganEx una hora después de la muerte.
Seis horas después del tratamiento con OrganEx, los científicos descubrieron que ciertas funciones celulares clave estaban activas en muchas áreas del cuerpo de los cerdos. Aquí se incluye el corazón, el hígado y los riñones. Se había restaurado parte de la función orgánica. Por ejemplo, encontraron evidencia de actividad eléctrica en el corazón, lo que retuvo la capacidad de contraerse.
“También pudimos restaurar la circulación en todo el cuerpo, lo que nos sorprendió”, dijo Sestan.
Normalmente, cuando el corazón deja de latir, los órganos comienzan a hincharse, colapsando los vasos sanguíneos y bloqueando la circulación, explicó. Sin embargo, se restableció la circulación, y los órganos de los cerdos fallecidos que recibieron tratamiento con OrganEx parecían funcionales a nivel de células y tejidos.
“Bajo el microscopio, era difícil diferenciar entre un órgano sano y uno que había sido tratado con tecnología OrganEx después de la muerte”, aseveró Vrselja.
Al igual que en el experimento de 2019, los investigadores también descubrieron que se había restablecido la actividad celular en algunas áreas del cerebro. Aunque no se detectó ninguna actividad eléctrica organizada que indicara conciencia durante ninguna parte del experimento.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español