El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores dio a conocer ayer la sentencia por el crimen de Fernández Báez Sosa y condenó a los ocho jóvenes acusados.
Cinco de ellos -Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli- fueron condenados a prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía en concurso ideal con lesiones leves.
Por su parte, los tres restantes -Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi- recibieron 15 años de prisión, debido a que el tribunal los acusó de ser “partícipes secundarios” del hecho.
Estas tres penas no contentaron a la querella, llevada adelante por Fernando Burlando, quien consideró que “el fallo no fue suficiente” y va a apelarlo, ya que según su mirada ellos tres también fueron coautores del crimen.
Se dio el primer paso en el pedido de justicia por Fernando, marcando un precedente en el país, en especial para la juventud.
La violencia nunca es el camino, puede traer consecuencias tan tristes como la muerte o la cárcel.
Pero el fallo no fue suficiente, vamos a apelar.— Fernando Burlando (@FernandBurlando) February 6, 2023
Por su parte, Silvino, papá de Fernando, también se refirió a las condenas y manifestó que no estaba conforme ya que “les quedó un poco corta la condena”. “Me sorprendieron las tres condenas de 15 años, yo esperaba 25 o perpetua”, agregó.
Luego de dar a conocer el veredicto con las penas por el crimen, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores dio a conocer los fundamentos por los cuales Viollaz, Cinalli y Lucas Pertossi no recibieron perpetua.
Según el fallo, la Justicia pudo probar que los ocho acusados “acordaron atacar a golpes a quien en vida fuera Fernando Báez Sosa” en las inmediaciones del boliche Le Brique, en Villa Gesell. En ese sentido, señalaron que lo enfrentaron “por sorpresa y desde dos frentes sin que la víctima pudiera advertir lo sorpresivo del ataque”.
Para los jueces, de acuerdo a las pruebas, se pudo probar que Comelli “lo golpeó por la espalda” y Ciro Pertossi “lo hizo de frente” en simultáneo. Como consecuencia, la víctima “cayó de rodillas al piso” y cuando “se encontraba reducido, en el suelo y sin posibilidad de defensa”, parte del “clan criminal” –los cinco condenados a prisión perpetua- aprovechó su “estado de indefensión” y “continuaron agrediéndolo brutalmente” con “claras intenciones de acabar con la vida de Fernando Báez Sosa”.
Con respecto a “los tres sujetos restantes”, por Pertossi, Viollaz y Cinalli, afirmaron que “apoyaron a los coautores” y “prestaron una colaboración, si bien no imprescindible, lo suficientemente apta para favorecer la consumación del crimen”. Entre los hechos que se los acusó, estaba haber golpeado a los amigos de Báez Sosa para “evitar que pudieran socorrerlo”.
De esta forma, gracias a la evidencia, consideraron que solo cinco de los ocho acusados fueron coautores, ya que para ser tomado como tal la persona debe tener un “aporte en la fase de ejecución del hecho represente un requisito indispensable para la realización del resultado pretendido”.
Al respecto, para los jueces, Lucas Pertossi, Viollaz y Cinalli tuvieron una participación que “resultó de carácter secundario” porque “si bien con su accionar favorecieron la acción llevada adelante por los coautores, la supresión de sus respectivos aportes no habría impedido la consumación del luctuoso suceso”, y por eso recibieron penas menores.
Sobre Viollaz, explicaron que “realizó un aporte no esencial en el hecho”, ya que “se lo sindica arengando” y “profieriendo gritos y frases como ‘es ahora’ o ‘y ahora’”. Pero su acción “no tuvo la entidad y/o trascendencia suficiente como para obturar el plan de ejecución que estaban realizando los coautores del hecho”, además que “no se corroboró” que “haya ejercido acciones directas contra Fernando Báez Sosa”.
En cuanto a Cinalli, expresaron que “su situación no difiere en lo sustancial, respecto de los otros dos participes secundarios”. De acuerdo a los videos, él se encontraba “golpeando a Tomás D’Alessandro” en la parte trasera de un vehículo estacionado, y en un momento se visualiza que “deja de hacerlo, camina por el costado del vehículo hacia adelante y vuelve hacía atrás”.
Si bien en las pericias se reveló que “el hisopado tomado de una de las uñas de las manos de la víctima se detectó ADN -mezcla- con el perfil genético de Blas Cinalli”, se demostró que “fue uno de los primeros que tomó contacto físico con Fernando Báez Sosa al momento del inicio del ataque”. Pero que por los testimonios y los videos se lo ve “fuera del foco central del ataque”, lo que “obturan la posibilidad de sustentar probatoriamente la coautoría que los acusadores le endilgaron al nombrado”.
Por último, de Lucas Pertossi remarcaron que su aporte “no revisitó las características de necesario o imprescindible para la concreción del resultado”. Él fue quien filmó el comienzo del ataque, por lo que “no participó en el comienzo de la golpiza”, y en otros videos probatorios “no se encontraba azotando a la víctima, sino que se lo observa claramente golpeando a un amigo de Fernando”.