Una mujer argentina de 46 años fue arrestada en el aeropuerto internacional de Bali, en Indonesia, tras descubrirse que transportaba más de 320 gramos de cocaína ocultos en su cuerpo. La droga estaba escondida en sus genitales, según informaron las autoridades locales, y la situación es grave: en ese país, el tráfico de estupefacientes puede ser castigado con pena de muerte por fusilamiento. La detenida habría llegado desde Dubái y fue interceptada poco después de aterrizar.
La involucrada, que se desempeñaba como peluquera, permanece bajo custodia mientras avanza el proceso judicial. En la misma causa fue detenido también un ciudadano británico, quien habría sido parte del operativo de tráfico.
Según los datos aportados por las autoridades, ambos fueron detectados gracias a una alerta de inteligencia que activó un operativo conjunto entre aduana y la agencia de narcóticos indonesia.
Durante el interrogatorio, la mujer admitió que le habían prometido 3.000 dólares como pago por trasladar la droga desde México. También reveló que el británico le entregó la sustancia, lo que llevó a los investigadores a detenerlo en una casa de huéspedes de la zona turística de Kerobokan. Las autoridades locales creen que se trata de un eslabón menor dentro de una red internacional más amplia.
Indonesia es uno de los países con las leyes más estrictas en materia de drogas, y según la ONU, es un punto clave en las rutas de contrabando. Actualmente, unas 530 personas —incluidos casi 100 extranjeros— están en el corredor de la muerte por delitos vinculados al narcotráfico. Aunque en algunos casos hubo repatriaciones por motivos humanitarios, las ejecuciones siguen siendo una posibilidad real. La última se produjo en 2016.
