La inflación de julio fue, según el Indec, 7,4% cifra que se ubica como la más alta desde abril del 2002, es decir, hace 20 años. Frente a esos números, una encuesta elaborada por la Escuela IDAES de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) realizada a 800 personas del AMBA, reveló que el 69% de las personas piensa que va a bajar de clase social en los próximos meses.
En consecuencia, el 83% precisó que debió implementar medidas de ajuste para afrontar el aumento de precios. Es así como el análisis detalló que el 48% de los encuestados sostuvo que dejó de pagar ciertas cuentas, facturas o boletas y el 46% contó que debió pedir plata prestada.
Frente a ese panorama, el 65% concordó con la frase: «No hay tema más importante que la inflación» y el 82,6% aseveró que «habla mucho con su familia» sobre cómo subió el valor de los productos.
El estudio hizo hincapié en que ese incremento en los precios incide en la vida cotidiana de las personas. El 78,6% admitió que le es es muy complicado organizarse con los gastos del día a día y el 70,7% reconoció que le dedica más tiempo que antes a buscar precios.
Por lo tanto, la encuesta explicó que «la omnipresencialidad del fenómeno inflacionario hace que también sea un tópico que altera lo doméstico: el 82,6% siente que se habla mucho en familia sobre los aumentos de precios; 7 de cada 10 personas reconocen que la falta de dinero genera fricciones» y, en consecuencia, subrayó que «la preocupación por el futuro de los precios alcanzaba al 83,8% de los argentinos».
En consecuencia, el informe sostuvo que «la perspectiva de futuro es poco alentadora: la mayoría tiene incertidumbre sobre lo que va a pasar, pero certeza de su desclasamiento» y detalló que «un 62% de las personas encuestadas respondió afirmativamente a la proposición ‘no puedo pensar en el futuro’, y un 69% aseguró creer que va a bajar de clase en los próximos meses«.
A modo de síntesis, el análisis aseguró que «en un contexto de inflación creciente todos pierden» al tiempo que recalcó que «el tema es quién pierde más». En ese sentido, indicó que «primero pierden los que ven afectado su poder adquisitivo». «Trabajadores y jubilados ven cómo el ritmo del aumento de los precios es mayor y más veloz que los aumentos de los ingresos. Le siguen los más vulnerables: desempleados y jóvenes» y agregó que «los ganadores, en cambio, se concentran para las personas encuestadas en dos actores: las empresas extranjeras y la oposición».
LA INFLACIÓN ATRAVESADA POR LA POLÍTICA
«El ajuste en las economías familiares, la desorganización de la vida diaria y el temor al desclasamiento gobiernan de manera transversal la experiencia y el humor social frente a la inflación», aseguró la encuesta y precisó que «en términos de demanda política se traduce en dos tendencias: un consenso social anti-inflacionario de corte fiscalista, instalado entre votantes opositores al gobierno del Frente de Todos, avanza sobre su propio electorado«.
En esa línea marcó que «al mismo tiempo, el núcleo más leal de los votantes del oficialismo adhieren a un consenso social anti-inflacionario de corte distribucionista» y afirmó que «los primeros días de Sergio Massa frente al Ministerio de Economía transcurren buscando la fórmula mágica que resuelva la cuadratura del círculo en que se ha convertido la base social del Frente de Todos en el contexto de alta inflación».
Fuente: https://noticiasargentinas.com/