Más de 100 días de incertidumbre y un silencio que pesa. Desde el 8 de diciembre, el gendarme argentino Nahuel Gallo permanece detenido en Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Su familia y el gobierno argentino exigen respuestas, pero la única certeza es que sigue privado de sus derechos y sin asistencia legal.
Hasta el momento, no se han presentado cargos formales ni pruebas en su contra, lo que agrava la preocupación sobre su paradero y condición.
Desde Caracas, su esposa, María Alexandra Gómez, recorre tribunales y oficinas en busca de información. Con su hijo Víctor, de apenas dos años, visita cárceles y dependencias oficiales, pero la respuesta siempre es la misma: «Aquí no está Nahuel Gallo. No sabemos nada». La angustia y el desgaste emocional se suman a la indignación de no obtener explicaciones sobre el motivo de su detención.
El gobierno de Maduro sostiene que Gallo estaba involucrado en un supuesto intento de magnicidio contra la vicepresidenta Delcy Rodríguez, pero hasta la fecha no presentó una sola prueba que lo respalde. Ni documentos judiciales ni registros oficiales confirman la acusación. María Alexandra denuncia que se trata de una desaparición forzada y reclama la intervención de la comunidad internacional para presionar por su liberación.
En su desesperada búsqueda, la mujer del gendarme llegó hasta la cárcel de El Rodeo 1, en las afueras de Caracas. «Nos trataron mal. Nos recibieron hombres encapuchados, con armas largas y todos vestidos de negro», relató.
Mostró fotos y videos para demostrar que su esposo estaba allí, pero tras una espera de media hora, la respuesta fue contundente: «Aquí no está». También visitó la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), donde suelen estar detenidos los acusados por razones políticas, pero tampoco obtuvo información.
El fiscal Tarek William Saab aseguró el 31 de diciembre que Gallo está procesado por «acciones conspirativas contra la paz republicana», pero evitó decir dónde se encuentra.
En más de 100 días, el régimen venezolano no mostró pruebas, no permitió asistencia legal y no comunicó su paradero. Desde Argentina, la Cancillería mantiene contacto con su familia, aunque sin avances concretos. «Ellos me dicen que están trabajando. Pero nada más», expresó María Alexandra, visiblemente frustrada.
Para ella, la disputa política entre Argentina y Venezuela no debería interferir en este caso: «Nahuel es inocente y lleva más de 100 días en desaparición forzada. Que se sienten a dialogar y resuelvan esto», exigió. Y lanzó una pregunta que sigue sin respuesta: «Dijeron que iba a matar a la vicepresidenta, pero ¿dónde están las pruebas?».
