Un avión de Aerolíneas Argentinas que despegó el jueves por la mañana desde Aeroparque con destino al Aeropuerto de Sauce Viejo, en Santa Fe, vivió una situación insólita. Tras una travesía que debía durar apenas 40 minutos, la aeronave se vio obligada a sobrevolar la terminal aérea durante casi una hora, ya que no recibió autorización para aterrizar.
Este viernes se conoció la principal hipótesis del episodio: no había nadie en la torre de control al momento del arribo.
El hecho generó un fuerte cruce entre el gobierno nacional, del que depende la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), y la administración provincial, que gestiona el aeropuerto. Desde Santa Fe exigen una investigación urgente y sanciones ejemplares para los responsables. La directora del aeropuerto, Gisela Riuli, fue contundente: “Me aventuro a decir que no había nadie en sus puestos”, declaró en diálogo con Cadena 3.
Riuli explicó que la operatividad del aeropuerto se extiende de 7 a 22 horas y que el problema ocurrió durante el primer turno del día. El equipo de seguridad operacional provincial detectó la ausencia de los controladores cuando, en su rutina habitual, intentaron pedir autorización para salir a pista. Al no obtener respuesta, activaron un protocolo de emergencia e informaron a EANA.
Para ese momento, el avión ya estaba en vuelo y su comandante decidió mantenerse en el aire, a 15.000 pies, evaluando la opción de regresar o aterrizar en un aeropuerto alternativo.
Finalmente, y tras varios minutos de incertidumbre, el Embraer matrícula LV-CHQ logró aterrizar a las 8:57, cuando su arribo estaba previsto para las 8:10. El dato fue confirmado por la plataforma Flight Radar, que registró todo el recorrido del vuelo. Desde el gobierno santafesino reiteraron su preocupación y pidieron explicaciones urgentes a las autoridades nacionales.
En paralelo, los controladores aéreos implicados fueron sumariados y apartados de sus funciones hasta tanto avance la investigación. Riuli aclaró que estos empleados no dependen del gobierno provincial sino de EANA, una empresa estatal que está bajo la órbita de la Secretaría de Transporte de la Nación. “Nos prometieron que si se comprueba la responsabilidad, se van a tomar medidas. Nosotros exigimos que así sea”, enfatizó.
