Por Juan Luis González
En Ezeiza, muchos conocían a Luis Vázquez. Era un vecino de la zona que, con astucia y trabajo, llegó a ser un reconocido empresario de bienes raíces en esa zona. Pero en el año 2016, cuando recién había cumplido 80, sufrió un ACV que lo dejó en coma. Y no sólo eso: en el año que pasó convaleciente en el hospital antes de morir, algunos allegados aprovecharon la situación y mediante un vericueto legal remataron 34 propiedades suyas a un valor irrisorio. Fue un negocio redondo realizado sin escrúpulos y en el lecho de muerte de un abuelo.
José Vázquez era el primo mayor de Luis, y el único heredero directo. En la familia cuentan que siempre fueron muy cercanos. Hoy él tiene 90 años y está casi ciego, pero a pesar de eso pudo ver la estafa. Junto a sus dos hijos, Hugo y José junior, se presentaron en la sucesión y vieron que en los bienes ahí listados no estaba ni siquiera la casa en la que vivía el primo. Ahí se encendieron las alarmas y comenzaron a notar las ventas truchas. Pero la situación era aún peor de lo que imaginaba.
Es que los compradores de los bienes que pertenecían a Luis son personas muy cercanas a Maximiliano Teta, un empleado del fallecido que llegó a ser muy próximo a él. De hecho, tan cercano era que Vázquez, en el 2009, le extendió un poder a Teta, con el que podía actuar en su nombre. Sin embargo, con Luis en todas sus facultades, nunca había sido necesario ni había ocurrido que el apoderado usara su autorización. Esto cambió cuando el hombre tuvo el ACV: ahí Teta realizó más de 30 operaciones de venta en un plazo de dos meses, a un precio llamativamente bajo.
Los que compraron esas propiedades eran todos cercanos a Teta -desde un hermano hasta tío, cuñado y amigos- y encima pagaron alrededor de un 5% del valor tasado de los inmuebles. El caso se pone más opaco, si se tiene en cuenta que varios de los supuestos nuevos dueños cobraban planes sociales y estaban lejos de poder demostrar tener el nivel adquisitivo necesario para una operación de esta escala. “Son compras simuladas y fraudulentas, ya que el poder estaba caído, al estar Luis inconsciente”, aseguran los abogados Juan Caimi y Matías Ledesma, representantes de los herederos de Vázquez.
“Son compras simuladas y fraudulentas, ya que el poder estaba caído, al estar Luis inconsciente”
El expediente fue radicado en el juzgado de Lomas de Zamora en junio del 2020. Gracias a los pocos allanamientos que se hicieron, se encontraron poderes de administración y disposición que certifican la maniobra. Todas esas operaciones sucedieron el mismo día y fueron certificadas por el mismo escribano, Andrés Ariel Ringuelet. Pero la historia no se queda ahí: se comprobó que los supuestos compradores, después de adquirir las propiedades, le otorgaban un poder a Teta para que las administre. De película. Entre los nombres que aparecieron en esos allanamientos hay uno que destaca: Juan Luciano Scatolini, socio de la escribanía Ringuelet, y que hoy conduce la Secretaría de Desarrollo Territorial en el Ministerio a cargo de Jorge Ferraresi. Scatolini negó cualquier vinculación con la causa y con los hechos.
“Nunca vimos tanta impunidad, nunca vimos tanto poder detrás de una causa”, dicen los abogados.
IRREGULARIDADES
La fiscalía, que conduce Jorge Grieco había fijado 30 indagatorias, por considerar que existían elementos suficientes para la posible comisión de los delitos de administración fraudulenta y falsedad ideológica. Pero, llamativamente, nunca sucedieron. “Citaron a dos días antes de que la causa prescribiera, pero al final las suspendieron. Existe una voluntad manifiesta de los fiscales para que la causa se paralice y no se investigue”, sostuvieron los abogados Juan Caimi y Matías Ledesma.
Entre las pruebas que muestran los letrados para sostener esta tesis, resalta una: la fiscalía hizo público el pedido de allanamiento en la escribanía Ringuelet, un contrasentido jurídico que hace que se pierda el efecto sorpresa. Pero no sólo eso: a los denunciantes -que, como marca la ley, tienen que estar presentes en los allanamientos- les pasaron mal la dirección, a 30 kilómetros de donde estaba la empresa. “Y antes de que llegemos fue la policía y sacaron muchos elementos. ¿Para qué fue la policía antes del horario?”, se pregunta Caimi, que cuenta que denunció esta irregularidad pero no tuvo respuesta.
CAUSA
Teta, Ringuelet y otras tres personas fueron denunciadas por “asociación ilícita, administración fraudulenta y lavado de activos”. A su vez, los abogados de los herederos también los demandaron civilmente por su accionar, con la idea de recuperar los bienes vendidos.
El fiscal federal Guillermo Marijuan habría comenzado una investigación preliminar por lavado de activos. Dicen que ya pidió copias de las actuaciones llevadas a cabo en la causa.
Los herederos, hasta ahora, no vieron ni un centavo del patrimonio de Luis Vázquez.
