El uso del lenguaje inclusivo abrió varios cruces dentro del plano político, luego de la prohibición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de que este sea implementado en las escuelas porteñas. Pese a las críticas recibidas, las autoridades reafirmaron esta medida.
Felipe Miguel, jefe de Gabinete de CABA, se presentó este martes en la Legislatura Porteña para dar su informe de gestión y volvió a señalar que se debe a las complicaciones que tienen los alumnos para entender el lenguaje español.
“Las evaluaciones educativas nos demostraron que los peores resultados se dieron en la comprensión lectora donde, en promedio, retrocedimos casi cuatro años. Por eso, a la par de estas medidas, decidimos regular el uso de la e, la x y el arroba por parte de los docentes durante el proceso de enseñanza y en las comunicaciones institucionales”, explayó frente a los legisladores.
Si bien en las últimas semanas este debate acaparó gran parte de la atención del arco político, en la población parece ser un tema que queda postergado. Así lo revela un estudio que indicó que el 70% de la población se manifestó en contra del lenguaje inclusivo.
El informe, realizado por D’Alessio IROL – Berensztein con una muestra de 600 personas mayores de 18 años de todo el país, señaló que solo el 23% se mostró de acuerdo con su uso. La mayoría de los que se mostraron en contra se identificaron como simpatizantes de Juntos por el Cambio.
Por otro lado, entre los que se mostraron a favor –tanto identificados con el Frente de Todos, JxC u otros partidos, el voto fue unánime: el 97% especificó que su uso no debería ser obligatorio, sino optativo.
Con respecto a la medida tomada por la Ciudad de Buenos Aires, la mayoría de los encuestados señaló que es una preocupación genuina de las autoridades porteñas por el aprendizaje (43%). Por otro lado, el 27% indicó que solo se trata de una postura política; un 15% que es una medida contra la ideologización del lenguaje; y el 13% un freno a la inclusión de las diversidades.