El Papa Francisco llevará a cabo una misa especial este domingo 9 de octubre, en la que canonizará a Artémides Zatti, un enfermero que se convertirá en el tercer santo católico argentino y el primero no religioso.
Tras haber sido nombrado beato en el 2002 por el entonces sumo pontífice Juan Pablo II, será reconocido este fin de semana como santo junto con Juan Bautista Scalabrini.
Artémides Zatti nació el 12 de octubre de 1880 en Boretto, un municipio de Italia. Sin embargo, según explicaron en un sitio dedicado a su vida, en 1897 se mudó a la Argentina junto a su familia para escapar de la pobreza.
Con 20 años, decidió ingresar en el seminario salesiano de Bernal, en la provincia de Buenos Aires, en donde tuvo a cargo el cuidado de un sacerdote con tuberculosis, lo que hizo que se contagie de la enfermedad. Enfermo, fue trasladado al Hospital San José, en la ciudad de Viedma, en Río Negro.
Foto: Archivo Histórico Salesiano
Tras curarse, decidió emprender una vida como hermano coadjutor de la comunidad salesiana, a la que ingresó formalmente en 1908. Tiempo después comenzó a trabajar en el hospital, y se formó como farmacéutico y enfermero.
Allí dedicó sus días al cuidado de los pacientes. En el año 1911, tras la muerte del director del establecimiento, Zatti fue nombrado para ocupar dicho cargo. Fueron 40 años de servicio los que brindó a la comunidad, hasta que en 1951 falleció a causa de una grave enfermedad.
Hoy, el centro de salud rionegrino en el que trabajó lleva su nombre. Ahora, tendrá un reconocimiento mayor al ser canonizado para convertirlo en santo, gracias a un milagro que se le atribuyó.
Dicho suceso ocurrió en 1980, cuando Carlos Bossio, quien hoy se desempeña como director de la Casa Salesiana de Colonia Vignaud, en Córdoba, se curó inesperadamente de una septicemia de la que tenía chances casi nulas de sobrevivir gracias a las plegarias de su familia a Artémides Zatti.
Además, buscan que se le atribuya otro milagro ocurrido en el 2016 en Filipinas, cuando una persona que sufrió un accidente cerebro vascular masivo (ACV) se salvó por los rezos de un pariente suyo al religioso salesiano.
