Por Lucrecia Melcior
La industria del entretenimiento ha luchado duro para llamar la atención. El “gaming” se amplifica hacia toda la cultura expandiéndose en casi todos los grupos sociales y generacionales. Ahora los juegos de consola, móviles, streaming y en la nube se profesionalizaron hasta formar parte de un estilo de vida.
En muchos aspectos, los videojuegos son una industria subestimada. Desde el inicio de los juegos de consola en la década de 1970, la industria ha evolucionado, entrando en nuestros hogares, bolsillos y espíritu cultural.
Si bien hasta hace una década atrás se hablaba del “gaming” como un hobbie, ahora es una industria multimillonaria y no muestra signos de desaceleración: se estima que el mercado mundial de juegos ascenderá a 268.800 millones de dólares estadounidenses al año en 2025, frente a los 178.000 millones de dólares estadounidenses de 2021, según un estudio realizado por Statista, la plataforma especializada en datos de mercado y consumo. Sin dudas, hoy es uno de los grandes protagonistas y movilizadores de la economía y el espacio digital.
EXPANSIÓN LÚDICA
El auge de la industria de los videojuegos cada año refleja cómo la evolución de un pasatiempo ha dado paso a un cambio de paradigma radical con nuevos códigos y nuevos valores. Aunque las consolas seguirán desempeñando un papel integral en la industria, se vislumbra una revolución en el horizonte.
Los juegos en la nube pretenden hacer por los videojuegos lo que Spotify y Netflix han hecho por la música y las películas: hacer que estén disponibles en cualquier dispositivo con conexión a Internet. Por ejemplo, en la actualidad los juegos por suscripción son un área que se ha disparado en los últimos años. Un jugador paga una tarifa mensual/anual para obtener acceso a las copias digitales de los juegos y, cuando se cancela la suscripción, se retira el acceso.
Una nueva investigación de Kantar, empresa líder mundial de datos y consultoría, destaca la popularidad de los juegos por suscripción, especialmente entre los jóvenes (23% Gen Z) y en su mayoría hombres (57%). Curiosamente, cada vez son más las mujeres que entran al mundo ´gamer´. Si bien el gaming fue un sector masculino en sus inicios, las mujeres han ido aumentando su participación hasta convertirse en la mitad de la población jugadora. Incluso a nivel profesional, cada vez hay más referentes femeninas en equipos, en distintas tareas asociadas a la producción de videojuegos y en la gestión de empresas vinculadas al sector de los eSports (deportes online).
“Nos encontramos en una nueva era para el Gaming donde más que un pasatiempo se trata de un estilo de vida. Hoy es un espectáculo de entretenimiento que trasciende lo lúdico, los jugadores tienen una vocación de competencia que abre fronteras y se vuelve más inclusivo”, explica Mariela Mociulsky, Fundadora y CEO de Trendsity, consultora boutique especializada en proyectos de investigación de mercado.
El gaming abre la posibilidad de acceder a un espacio de pertenencia, conectar con otros y generar vínculos más allá de los tradicionales en la vida real. Es evidente que no se trata de una comunidad estática ni homogénea, sino que expande sus horizontes y perfiles diversificándose en comunidades en donde todos pueden encontrar su espacio.
La fuerte presencia de las mujeres en el mundo de los videojuegos
Mociulsky explica que los juegos reúnen a personas de diferentes generaciones, nacionalidades, antecedentes culturales, estilos de vida, género, lo que genera multiculturalidad. “Gran parte del mundo Gamer pretende que sea un espacio de pertenencia y contención de todas las identidades La idea es fomentar comunidades seguras e inclusivas donde se discuten temas como bullying, racismo, machismo, homofobia, haters”.
ARGENTINA JUEGA FUERTE
Según un nuevo estudio llevado a cabo por EAE Business School sobre gaming, en Argentina los videojuegos dejan unos ingresos anuales de 507 millones de dólares, de los cuales la mayoría proceden del segmento dedicado a los videojuegos para móviles, gracias a sus 10,7 millones de jugadores y jugadoras (2021), y que se espera que superen la barrera de los 11 millones en 2025.
Esta comunidad en auge evoluciona, se adapta a las tendencias, se reinventa que busca movilizar a través de la sorpresa y la inspiración como una forma de consumo de entretenimiento. En esta masificación de audiencias, muchos de ellos son apenas Gamers ocasionales o simplemente quieren formar parte de la comunidad, el poder del streaming es el núcleo de la actividad.
Aunque en Latinoamérica, las aplicaciones streaming como Twitch, YouTube Gaming o Facebook Gaming es algo menor comparada con Europa y Asia, “Brasil es el país con el mayor número de descargas de Twitch, alcanzando un pico de casi 1,20 millones de descargas mensuales en el mes de octubre de 2020, aunque apreciamos un descenso de las mismas posteriormente”, afirma la investigación de EAE Business School.
Mientras que México muestra una tendencia más estable, con un pico de unas 700 mil descargas mensuales en el mes de enero de 2021. Detrás, se sitúa Argentina que, aunque ha tenido momentos de subida no acaba de despegar y se queda en un número de descargas similares a otros países de la región.
La clave del streaming está en la sorpresa, las reacciones en vivo, se narra una historia en tiempo real mientras suceden comentarios e interacciones de manera fluida y espontánea, es una forma de interacción que busca la compañía en vivo de un otro. “El valor pasa por aportar la experiencia de entretenimiento única con contenidos relevantes que vinculan al gaming como un estilo de vida cultural. Los gamers hoy hablan en sus streams de la cultura en general desde reviews de videojuegos, cómics, películas hasta debates políticos., ganan terreno como influencers y creadores de contenidos”, destaca Mociulsky de Trendsity.
¿Game over? La gente juega menos videojuegos tras la pandemia
El Gaming está modificando la manera en la que nos relacionamos con el mundo. Es una pasión que ya dejó de ser una actividad individual o de grupo selecto, sino que se convirtió en un movimiento cultural que desafía y acelera el cambio en otras industrias. Ya nadie se sorprende que los gamers sean una figura aspiracional que gana estatus de profesional o que hoy sean considerados uno de los perfiles más frescos de curaduría cultural.
Será interesante seguir cómo evoluciona este espacio en los próximos años.
