Durante la pandemia se hicieron públicos numerosos episodios de violencia, gente que no toleró situaciones de la vida cotidiana y agredió físicamente al otro. Uno de los casos más conocidos es el del playero de la ciudad de Buenos Aires que fue golpeado por un adolescente y tuvo que ser llevado al hospital (hoy se encuentra en rehabilitación). Otro fue el de un joven que fue a cambiar un regalo a un shopping en Boedo y cuando el vendedor le dijo que si quería llevarse otra prenda debía abonar una diferencia, empezó a golpearlo. La víctima también terminó en un hospital.
Estos son sólo algunos ejemplos de las tantas situaciones de violencia que se registraron y se registran tras la pandemia. ¿Pero puede incluirse esta violencia entre las consecuencias psicológicas del coronavirus?
Alejandro Schujman es psicólogo y, en una charla con Newsweek Argentina, explicó: “Estas personas ya tenían rasgos preexistentes, por eso, yo no lo atribuiría a la pandemia”. Sin embargo, remarcó que “la pandemia sí lo que hizo fue potenciar todo lo que ya existía”.
“La gente que tenía algún rasgo melancólico, algún rasgo ansioso, todo eso se potenció con la pandemia”, indicó.
En ese sentido, subrayó asimismo que “la pandemia fue como una caja de resonancia” y, en consecuencia, señaló que “los vínculos que estaban mal terminaron de caerse, los vínculos que estaban distanciados terminaron de alejarse, y es así como todo terminó de amplificarse, todas las actitudes al estilo de ‘Relatos Salvajes’ terminaron de amplificarse”. De todos modos, insistió en que “no podemos echarle la culpa al Covid”.
Frente a ese panorama aclaró que “se tratan de situaciones muy esporádicas, muy poco frecuentes afortunadamente” y, a modo de ejemplo, precisó que “las veces que uno va a dejar el auto al estacionamiento, entra y sale y no pasa nada”.
Por lo tanto, sostuvo que “son situaciones muy bizarras” e indicó que “no hay muchas maneras de prepararse, porque escapan al sentido común”. Además, aseveró que “es imposible dialogar en estas situaciones, debido a que, es gente que está totalmente descontrolada y fuera de sí”. En ese marco, el profesional manifestó que “lo que único que puede hacerse es poner los brazos para cubrirse y pedir ayuda”.
CONSECUENCIA INDIRECTA
Aparte de los episodios de violencia física, Schujman recalcó que “lo que veo es mucha más gente nerviosa en la calle” como “discusiones entre automovilistas”, pero marcó que “antes de la pandemia ya pasaban y ahora pasan un poco más” a raíz “de que la pandemia trajo mucho malestar”.
En cuanto a las personas que se violentaron físicamente ante una situación del día a día y la posibilidad de ver ciertas alertas previas, el entrevistado hizo hincapié en que “nadie pasa de cero a cien en un segundo”, y agregó que “situaciones de irascibilidad, de poca tolerancia cuando las cosas no salen como uno quiere son alertas”.
Por eso, remarcó que “a las familias de las personas que se violentaron esas reacciones no les deberían sonar raras” y añadió que “son previsibles para el entorno, pero imprevisibles para quien es la víctima”.
Sobre las causas que llevan a esas situaciones, sostuvo que “la falta de límites es un disparador de este tipo de cuestiones” y recalcó que está vinculada a “la problemática que yo llamó los padres tibios, apunta muchísimo a este tipo de situaciones y las fortalece”.
En esa línea sumó que “muchas veces los padres son amigos de los hijos en vez de padres, y ese es uno de los factores que ayuda a que alguien pueda darse el lujo de ejercer la impunidad al punto de agarrar a golpes a alguien que no hace lo que él quiere”.
Finalmente, respecto a las situaciones como la del playero o la del shopping también hay casos como el de “Bombita”, el personaje interpretado por Ricardo Darín en la película “Relatos Salvajes”, Schujman marcó una diferencia: “Bombita posiblemente no era un violento, sino que la situación lo fue llevando a estallar”. Pero aclaró que ese “no es el caso ni de la playa de estacionamiento ni del negocio de ropa, porque ahí estamos hablando de una violencia de base y no de una situación de acumulación por la que uno termina como el personaje de Darín”.