Desde este miércoles, la ciudad de Brasilia se convirtió en la primera de Brasil en implementar la tecnología 5G para sus telecomunicaciones, primer paso para que se expanda por todo el territorio, comenzando por 26 capitales regionales de aquí a octubre.
Las empresas Vivo (Telefónica), Claro y TIM, las tres operadoras de telecomunicaciones más grandes del país, son las empresas que brindarán este servicio, tras imponerse en la licitación que el Gobierno de Jair Bolsonaro abrió en diciembre pasado. Los compromisos de inversión alcanzan un total de R$ 46.700 millones (unos US$ 9.340 millones) durante los próximos cinco años.
En ese período se calcula que el 5G alcance a todas las ciudades con más de 30.000 habitantes, y a la par se instalarán redes de fibra óptica de alta capacidad, según lo anunció la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).
Al respecto, el ministro de Comunicaciones, Fabio Faria, aseguró que se trata de «un momento histórico». “El futuro llegó”, expresó, y aseguró que el objetivo de su gestión es que Brasil esté “un 100% conectado”. El paso siguiente en la implementación es llegar a Belo Horizonte, Porto Alegre y San Pablo.
Brasilia ostenta hoy unas 6 millones de líneas de telefonía móvil (casi dos por habitante), pero apenas el 20% de los equipos está en condiciones de funcionar con el nuevo 5G. Y es que estos teléfonos de última generación todavía no se han masificado: se comenzaron a vender hace poco más de un año y hay disponibles 67 modelos accesibles sólo para un segmento de alta gama (rondan los R$ 1.800, unos US$ 360).
De hecho, el servicio en su primera jornada sólo está disponible en la mitad de la ciudad, con foco en los barrios que nuclean a la población de mayor poder adquisitivo.