La Comisión Europea propuso este jueves imponer un cargador universal para teléfonos y dispositivos portátiles en un plazo de dos años, una iniciativa que se ha topado con la severa oposición de Apple, que defiende el mecanismo de conexión de su modelo iPhone.
“Hoy la Comisión da un paso importante contra los residuos electrónicos y las molestias que los consumidores experimentan debido a la prevalencia de diferencias e incompatibilidades entre los cargadores para dispositivos electrónicos.
“Tras años trabajando con el sector sobre la base de un enfoque voluntario, se redujo el número de cargadores de teléfonos móviles de 30 a tres en la última década, pero no pudo conseguirse una solución completa. Ahora, la Comisión presenta una legislación a fin de establecer una solución común de carga para todos los dispositivos pertinentes”, se indicó en un comunicado.
Se explica que con la propuesta de revisión de la directiva sobre equipos radioeléctricos, se armonizarán el puerto de carga y la tecnología de carga rápida: el USB-C se convertirá en el puerto estándar para todos los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces portátiles y videoconsolas portátiles.
Además, la Comisión propone la venta por separado de los cargadores y los dispositivos electrónicos. “Esto aumentará la comodidad de los consumidores y reducirá la huella ambiental que supone producir y eliminar cargadores, apoyando así las transiciones ecológica y digital”.
Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva para una Europa Adaptada a la Era Digital, declaró: “Los consumidores europeos ya han experimentado suficiente frustración por los cargadores incompatibles que se acumulan en sus cajones. Hemos dado un amplio plazo al sector para encontrar sus propias soluciones; ha llegado la hora de emprender una acción legislativa en favor de un cargador común. Esto supone un importante éxito para nuestros consumidores y medioambiente, y se ajusta a nuestras ambiciones ecológicas y digitales”.
La Comisión propone un puerto de carga armonizado para los dispositivos electrónicos: el USB-C será el puerto común, lo que permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con el mismo cargador USB-C, independientemente de la marca del dispositivo.
“La armonización de la tecnología de carga rápida ayudará a evitar que los distintos fabricantes limiten injustificadamente la velocidad de carga y contribuirá a garantizar que la velocidad de carga sea la misma cuando se utilice un cargador compatible para un dispositivo”.
Una mejora de la información dirigida a los consumidores: los fabricantes tendrán que facilitar información pertinente sobre el rendimiento de carga, incluida información sobre la potencia requerida por el dispositivo y si admite carga rápida.
“Esto facilitará que los consumidores comprueben si los cargadores que ya tienen cumplen los requisitos de su nuevo dispositivo o les ayudará a seleccionar un cargador compatible. Junto con las demás medidas, esta acción podría contribuir a que los consumidores limiten el número de nuevos cargadores adquiridos, y les ayudará a ahorrar 250 millones de euros al año en compras innecesarias de cargadores”.
APPLE REACCIONA
La UE había lanzado un proceso voluntario de convergencia a estándares industriales para este segmento en 2009, pero sostiene que Apple siempre se negó a sumarse.
Ese año, con la entonces popularización de los dispositivos portátiles, el mercado europeo se encontró sumergido en una abundancia de formatos y cargadores diferentes, todos incompatibles entre sí.
La propuesta presentada este jueves —que aún debería ser aprobada por el Parlamento Europeo y los países miembros del bloque— ofrece a los fabricantes un plazo de transición de 24 meses para alinearse.
En una nota, Apple señaló que la firma seguía “preocupada” por los efectos de la regulación. “Seguimos preocupados porque una regulación estricta determinando un tipo único de conector frenará la innovación en lugar de impulsarla, y eso a su vez afectará a los consumidores en Europa y el resto del mundo”, apuntó la firma, de acuerdo con AFP.
Además, añadió Apple, el plazo de dos años podrá afectar a las empresas del sector al frenar la venta de los equipos ya existentes actualmente. En su visión, ello podría generar más “desperdicios tecnológicos”. N —∞— Con información de AFP
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek