Un ambicioso proyecto de infraestructura está en marcha entre Alemania y Dinamarca, donde se construye el que será el túnel submarino más largo del mundo. Con una extensión de 18 kilómetros, el Túnel Fehmarnbelt conectará ambos países a través del mar Báltico, reduciendo drásticamente los tiempos de viaje y estableciendo nuevos récords de ingeniería.
Esta megaobra, que marcará un hito en la movilidad europea, permitirá cruzar el trayecto marítimo en solo 10 minutos en automóvil y reducirá el tiempo entre Hamburgo y Copenhague de cinco horas a apenas dos horas y media.
El diseño del túnel combina dos autopistas de doble carril y dos túneles ferroviarios, lo que optimizará el tránsito tanto de pasajeros como de mercancías. Su construcción emplea la innovadora técnica de túneles sumergidos, convirtiéndolo en el más extenso de su tipo.
La infraestructura se compone de 79 secciones principales, cada una de 213 metros de largo y con un peso equivalente a diez Torres Eiffel. Además, se incluyen diez módulos especiales destinados a alojar sistemas eléctricos de última generación.
El ensamblaje y posicionamiento de las secciones en el lecho marino, a 12 metros de profundidad, requiere una precisión extrema. Para ello, se utilizan cámaras submarinas, capaces de alinear cada segmento con un margen de error de apenas 12 milímetros.
Denise Juchem, portavoz de Femern A/S, enfatizó la importancia del proceso: «Debe funcionar a la primera. No comprometeremos la calidad ni la seguridad», asegurando que cada etapa se ejecuta con máxima precisión.
Este ambicioso proyecto establecerá cinco récords mundiales, incluyendo el de túnel sumergido más largo del mundo y el de túnel combinado de carretera y ferrocarril más extenso. Además, será el túnel submarino para carreteras más largo y el segundo túnel sumergido de hormigón más profundo. Con un presupuesto estimado de 7.400 millones de dólares, su impacto en el comercio, el turismo y la movilidad en el norte de Europa será trascendental.