Si bien falta muchísimo para el año 3.000, un estudio permite imaginar cómo podrían ser para ese entonces los seres humanos. Investigadores del Med Alert Help y del Orch Spine Hospital llevaron adelante un análisis, dado a conocer por Toll Free Forwarding, en el que gracias a la tecnología «Mindy», pudieron establecer varias características del ser humano del futuro.
Los profesionales determinaron que se tratará de individuos más encorvados, ya que, según explicaron: «El diseño y los hábitos típicos de los usuarios de los objetos tecnológicos modernos, como los teléfonos inteligentes y los monitores de ordenador, tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y estamos de pie» y agregaron que «se ha demostrado que ajustar constantemente nuestra posición para mirar hacia abajo a nuestro teléfono o hacia arriba en la pantalla de nuestra oficina tensa partes de nuestro cuerpo que determinan nuestra postura».
En cuanto a las manos dejarán de ser como las conocemos hasta ahora y pasarán a ser garras. «Una mirada más cercana al brazo de ‘Mindy’ revela dos cambios anatómicos significativos, causados directamente por el uso de un dispositivo tecnológico en particular: el teléfono inteligente», remarcaron y detallaron que «una condición acuñada recientemente, la ‘garra de texto’, ocurre después de sostener constantemente el móvil, curvando los dedos alrededor en una posición antinatural durante largos períodos de tiempo».
Además, el codo se encontrará a 90 grados. Los expertos definieron a este cambio con el nombre de ‘codo de teléfono inteligente’ e indicaron que «se debe a la posición típica del brazo al sostener y usar teléfonos inteligentes, ya sea para uso general o para sostenerlos junto al oído durante las llamadas telefónicas».
Otra modificación consistirá en que el cuello será más grueso, lo cual se deberá también a las «secuelas tecnológicas». «Volviendo a la postura de ‘Mindy’, los efectos de la tecnología en el cuello también han dado lugar a una nueva condición, acertadamente llamada ‘cuello tecnológico'», sostuvieron.
Como quinta condición, las personas del año 3.000 tendrán más cráneo pero menos cerebro. «Es posible que desarrollemos cráneos más gruesos, pero si hay que creer en una teoría científica, la tecnología también puede cambiar el tamaño de nuestros cerebros«, advirtieron los investigadores.
Para concluir, nuestros descendientes contarán con un segundo párpado. En este punto, los profesionales hicieron hincapié en que «las pantallas causan dolores de cabeza, fatiga visual e incluso ceguera«.
