La exposición al ruido ambiental de miles de residentes de EEUU se redujo en casi un 50% en los primeros meses de la pandemia de COVID-19, sugiere una investigación.
Los datos de un proyecto que analiza el impacto en la salud auditiva de la exposición al sonido sugieren que las medidas de distanciamiento social en California, Florida, Nueva York y Texas estaban relacionadas con una reducción de los ruidos ambientales personales de aproximadamente tres decibeles (dBA).
«Esto representa una reducción en la exposición sustancial y relevante para la salud», señalaron los investigadores en un artículo publicado este mes en Environmental Research Letters.
«Si bien el impacto de la reducción de 3 dBA sobre la salud relacionada con el sonido (como la cardiopatía isquémica, la hipertensión y el rendimiento cognitivo) no se ha caracterizado suficientemente, una reducción de 3 dBA en los niveles de sonido promedio por encima de 70 dBA se asocia con un menor riesgo de pérdida auditiva inducida por ruido«, agregó.
«La reducción relacionada con COVID-19 en la exposición al sonido entre los participantes del estudio probablemente representa una reducción significativa en el riesgo general de efectos sobre la salud relacionada al sonido».
Los datos fueron compilados y publicados por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan en el Apple Hearing Study. Como parte de la asociación, la subvención del gigante tecnológico otorga al equipo acceso a métricas de ruido de los usuarios voluntarios de Apple Watch.
Los investigadores, que obtuvieron más de 500.000 lecturas diarias de ruido de 6.000 participantes antes y durante la pandemia, dijeron que era uno de los estudios más grandes hasta la fecha.
La investigación encontró que los niveles de sonido promedio diarios se redujeron en aproximadamente 3 decibeles durante el tiempo en que los gobiernos locales instaron a los residentes a distanciarse socialmente y a quedarse en casa en marzo y abril, en comparación con enero y febrero. Los niveles promedio de exposición al ruido «cayeron drásticamente» después de que comenzaran los cierres a principios de marzo en Nueva York, California y más tarde en Texas y Florida, dijo el equipo.
DESPUÉS DEL AISLAMIENTO
Rick Neitzel, profesor asociado de ciencias de la salud ambiental en la Escuela de Salud Pública de la UM, autor del estudio conjunto publicado la semana pasada, dijo que la reducción de la exposición podría tener un «gran efecto en los resultados generales de salud de las personas a lo largo del tiempo«.
«California y Nueva York tuvieron reducciones realmente drásticas en el sonido que sucedieron muy rápidamente, mientras que Florida y Texas tuvieron una reducción algo menor. Después de los cierres, cuando la gente dejó de ir a trabajar físicamente, el patrón se volvió más opaco. Las rutinas diarias se interrumpieron y ya no vimos una gran distinción en las exposiciones entre los tradicionales cinco días hábiles y los fines de semana«.
Los datos sugirieron que la mayor caída en la exposición ambiental se registró durante los fines de semana.
Los datos sugirieron que la mayor caída en la exposición ambiental se registró durante los fines de semana. Cerca de todo el tiempo que los participantes pasaron por encima del umbral de 75 dBA (aproximadamente el equivalente a un despertador) se redujo entre el viernes y el domingo.
Los investigadores dijeron que los datos se compartirán con la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una contribución a su iniciativa Make Listening Safe. En última instancia, dijeron, la investigación ayudará a comprender mejor cómo la exposición diaria a los sonidos puede afectar la audición.
Publicado en colaboración con Newsweek / Published in collaboration with Newsweek
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