El núcleo de la Tierra parece haberse frenado, según lo indicado por los sismólogos Yi Yang y Xiaodong Song de la Universidad de Pekín en un informe difundido por la revista Nature Geoscience. No obstante, el astrónomo Guillermo Goldes dialogó hoy con Manuel Adorni en Radio Rivadavia y aclaró que «el núcleo de la Tierra no se ha frenado».
En esa línea afirmó que «no se produjo ningún evento fuera de lo común» y explicó que «la corteza de la Tierra (la capa sólida que la recubre) gira, es decir, donde nosotros vivimos gira, a una velocidad de una vuelta por día«. En ese sentido precisó que «si estás parado en Los Polos, la velocidad es casi cero, pero si estás parado en el Ecuador es cercana a los 1.200 kilómetros por hora» y agregó que «la corteza de la Tierra gira más o menos como si fuera una pelota«.
«Ese giro no es absolutamente constante, todos los días igual«, añadió y sostuvo que «tiene variaciones muy pequeñas, de fracciones de segundo, de milésimas de segundo de un día para el otro» porque «no es una pelota: la distribución de materia sobre la corteza de la Tierra no es uniforme». Es por eso, que según aseveró: «La Tierra tiende a cabecear como si fuera un trompo al cual le pegás un chicle de un lado y eso afecta la rotación«.
En consecuencia, marcó que «desde hace muchísimo tiempo se sabe que la rotación de la corteza terrestre tiene ciertas irregularidades» lo que significa que «a veces se acelera un poquito y otras, se desacelera un poquito, pero siempre es muy, muy poquito».
También habló sobre el núcleo interno de la Tierra y lo definió como «una pelota de hierro que está en lo profundo de la Tierra» y manifestó que «le pasa más o menos lo mismo: su rotación no es totalmente uniforme, siempre es muy parecida a la de la corteza terrestre, o sea, que tarda prácticamente lo mismo en girar y lo hace para el mismo lado«.
Frente a ese panorama, remarcó que «la Tierra no es una pelota toda sólida«, debido a que, «entre la corteza y el núcleo interno de la Tierra está, primero lo que se llama el núcleo externo que es hierro fundido: el interior profundo de la Tierra se encuentra a alrededor de seis mil grados y después, el manto de la Tierra que es viscoso». Por lo tanto, indicó que «hay un acople entre esa pelota de hierro sólida que hay en el núcleo y la capa de hierro sólida que hay en la superficie» lo cual «permite que haya diferencias muy chiquitas en la rotación». En este punto hizo hincapié en que «no afecta en nada al ser humano» y subrayó que «de hecho, sucede todo el tiempo«.
Acerca de cómo se sabe lo qué pasa en el núcleo interno de la Tierra detalló que «es mediante ondas sísmicas, se ve cómo estas, por ejemplo los terremotos que ocurren en un lugar del globo cuánto tardan en llegar a otro lugar del globo distante» y agregó que «también se pueden provocar ondas sonoras golpeando la superficie de la Tierra y viendo cuánto se demoran en llegar esas perturbaciones a sitios que están lejos».
Respecto a cuáles son los misterios de la Tierra que aun quedan por descubrir, mencionó que «una cosa que no está del todo explicada es el origen del campo magnético de la Tierra», es decir, «porqué la Tierra tiene magnetismo, se comporta como un imán». En ese sentido explicó que «tiene que ver con cosas que pasan en el núcleo interno de la Tierra» pero «no está del todo explicado, hay hipótesis que tienen que ver con que el núcleo de la Tierra es de hierro».
Para concluir, puso el foco en que «nosotros nos enfrentamos a múltiples causas que podrían llevarnos a desastres en la Tierra» y marcó que «son de corto plazo». Además, recalcó que «se trata de causas posibles de extinción y muchas de ellas, las generamos nosotros: guerras, explosiones atómicas, calentamiento global».