Los desarrollos tecnológicos que más revolucionan el mundo y la vida cotidiana surgen de estudiar fenómenos imperceptibles a simple vista. Basta pensar en cómo la electricidad y la electrónica han dado lugar al mundo que conocemos hoy. Lo mismo pasa con las nanotecnologías, que permiten crear nuevos materiales con usos que eran inimaginables, basados en las propiedades que las mismas sustancias que conocemos tienen cuando su tamaño es comparable al de otras entidades microscópicas.
Los recubrimientos antimicrobianos de acción por contacto (antimicrobial coatings), diseñados en base a nanotecnología con dióxido de silicio (vidrio líquido), son una clase absolutamente nueva de productos que optimizan la desinfección de superficies reduciendo la contaminación por bacterias y virus. Forman una capa de nanopartículas invisible e impalpable –de un tamaño del orden de la millonésima de milímetro– que inactiva a los agentes infecciosos por simple contacto, en todo tipo de superficies, ya sean rígidas, flexibles o hasta telas. Eso, entre muchas otras ventajas y prestaciones, los hace aptos para una enorme variedad de usos, de modo que hoy, con la demanda planteada por la actual pandemia, se vuelven un complemento revolucionario que está elevando los estándares en el mundo de la limpieza, sanitización y desinfección muy por encima de lo conocido.
Al frente de esta revolución nanotecnológica en el mercado local de la bioseguridad está la empresa argentina Dornoch, liderada por el emprendedor local Andrés Morano, cuyo producto ya fue probado e incorporado en centros de salud, líneas de transporte, canales de televisión y varias empresas y hogares. Este primer antimicrobial coating presentado en América Latina continúa aprobando los más exigentes testeos científicos y ampliando aceleradamente el abanico de usos posibles, siendo hoy una de las mejores alternativas ante las nuevas exigencias y desafíos del momento.
“Los nanorrecubrimientos antimicrobianos pueden desempeñar un papel fundamental en la lucha contra la pandemia COVID-19 y reducir notablemente el riesgo de transmisión”, aseguró el emprendedor y especialista argentino en sanitización Andrés Morano.
Lo novedoso del producto ha suscitado el interés de prestigiosas instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y los laboratorios Stamboulian, que participaron en la evaluación y certificación de calidad con la llegada del producto a la Argentina. Las pruebas realizadas en laboratorios europeos y argentinos certificaron que este recubrimiento antimicrobiano posee una alta eficacia para reducir las más peligrosas bacterias intrahospitalarias y es efectivo también contra coronavirus.
“Hasta el año pasado a nadie se le ocurría que un revestimiento nanotecnológico podría aplicarse en el vidrio de un celular, en un botón de ascensor o el las manijas de un medio de transporte, y ayudar así a reducir considerablemente la posibilidad de transmisión de enfermedades vía superficies contaminadas”, destacó Morano, quien contó que en otras partes del mundo este producto se está aplicando, por ejemplo, en los sistemas de aire acondicionado y en los filtros y ductos de ventilación, cuya falta de mantenimiento tradicionalmente los hace reservorio de infecciones respiratorias.
Los tests de laboratorio indicaron que la película de este revestimiento se mantiene estable por varios meses o incluso años en superficies expuestas, llegando a resistir hasta 40.000 ciclos de lavado sobre vidrio, 20.000 sobre cerámica y 5.000 sobre plástico. En Argentina, el Instituto de Virología del INTA evaluó la capacidad del producto para inactivar virus. Así, se halló que el producto es capaz de inactivar coronavirus por contacto directo.
Morano afirmó además que los antimicrobial coatings ofrecen nuevas opciones para que la industria local agregue valor a sus productos, al posibilitar que muebles, sanitarios y otros objetos ganen mercados por tener recubrimiento antimicrobiano: “Eso podría ser fundamental para incrementar la competitividad de las exportaciones argentinas, mediante procesos de vinculación y articulación tecnológica”, comentó.