El explorador científico de la NASA Perseverance, el laboratorio de astrobiología más avanzado jamás enviado a otro mundo, atravesó el jueves la atmósfera marciana y amartizó con seguridad en el suelo de un vasto cráter, su primera parada en la búsqueda de rastros de antigua vida microbiana en el Planeta Rojo.
Los responsables de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, cerca de Los Ángeles, estallaron en aplausos y vítores cuando las señales de radio confirmaron que el rover de seis ruedas había sobrevivido a su peligroso descenso y había llegado a su objetivo dentro del cráter Jezero.
El vehículo robótico navegó por el espacio durante casi siete meses, recorriendo 472 millones de kilómetros antes de atravesar la atmósfera marciana a 19.000 kilómetros por hora para iniciar su aproximación a la superficie del planeta.
El vehículo robótico navegó por el espacio durante casi siete meses, recorriendo 472 millones de kilómetros antes de atravesar la atmósfera marciana.
El descenso autoguiado y el amartizaje de la nave durante una compleja serie de maniobras que la NASA bautizó como «los siete minutos de terror» se erige como la hazaña más elaborada y desafiante en los anales de los vuelos espaciales robóticos.
«Es realmente el comienzo de una nueva era», dijo el administrador asociado de la NASA para la ciencia, Thomas Zurbuchen, durante la transmisión por Internet del evento.
El amartizaje representó la parte más arriesgada de un esfuerzo de dos años y 2.700 millones de dólares cuyo objetivo principal es buscar posibles rastros fósiles de microbios que pudieran haber florecido en Marte hace unos 3.000 millones de años, cuando el cuarto planeta en distancia del sol era más cálido, húmedo y potencialmente hospitalario para la vida.
Los científicos esperan encontrar biofirmas incrustadas en las muestras de sedimentos antiguos que Perseverance podría extraer de las rocas marcianas para su futuro análisis en la Tierra, las primeras muestras de este tipo recogidas por la humanidad en otro planeta.
Está previsto que dos misiones posteriores a Marte recuperen las muestras y las devuelvan a la NASA en la próxima década.
Los científicos esperan encontrar biofirmas incrustadas en las muestras de sedimentos antiguos que Perseverance podría extraer de las rocas marcianas para su futuro análisis en la Tierra.
Lo sucedido el jueves supuso un triunfo para Estados Unidos, sumido en el descalabro económico provocado por la crisis sanitaria del COVID-19.
BÚSQUEDA DE VIDA ANTIGUA
Los científicos de la NASA han descrito a Perseverance como la más ambiciosa de las casi 20 misiones estadounidenses a Marte, que se remontan al sobrevuelo de la nave espacial Mariner en 1965.
Más grande y con más instrumentos que los cuatro exploradores de Marte que le precedieron, Perseverance está preparado para aprovechar los descubrimientos anteriores de que una vez fluyó agua líquida en la superficie marciana y de que había carbono y otros minerales alterados por el agua y considerados precursores de la evolución de la vida.
Perseverance también podría allanar el camino para una eventual exploración humana de Marte, ya que cuenta con un dispositivo para convertir el dióxido de carbono de la atmósfera marciana en oxígeno puro.
Esta herramienta en forma de caja, la primera construida para extraer de un entorno extraterrestre un recurso natural directamente utilizable por el ser humano, podría resultar muy valiosa para el futuro sustento de la vida humana en Marte y para la producción de cohetes propulsores para el regreso de los astronautas.
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