El gigante tecnológico Apple enfrentó una demanda colectiva presentada en 2019, que la acusó de espiar a usuarios mediante su asistente virtual, Siri. Esta semana se supo que la compañía acordó pagar 95 millones de dólares para resolver el caso. La demanda señalaba que Apple interceptó y revisó conversaciones privadas sin permiso, compartiendo grabaciones con contratistas externos para supuestamente mejorar su software.
Los denunciantes indicaron que Siri se activó sin intención en numerosas ocasiones, grabando momentos íntimos como consultas médicas, encuentros sexuales y compras de drogas.
Aunque Apple argumentó que el asistente solo responde al comando “Hey Siri”, reconoció que hubo errores en las detecciones que llevaron a estas invasiones de privacidad. La polémica puso en jaque el eslogan de la empresa: “Lo que sucede en tu iPhone se queda en tu iPhone”.
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Entre los testimonios más impactantes, una mujer afirmó que Siri grabó a su hija menor y luego aparecieron anuncios relacionados en el navegador Safari. Otros usuarios reportaron activaciones inesperadas durante charlas privadas. Estas prácticas, según los demandantes, contradicen el compromiso de Apple con la privacidad, un punto central en su marketing.
En respuesta al escándalo, la compañía dirigida por Tim Cook reconoció públicamente en 2019: “No hemos estado cumpliendo con nuestros altos ideales”.
Además, Apple afirmó haber eliminado permanentemente las grabaciones obtenidas sin consentimiento y lanzó una guía para que los usuarios puedan controlar la función «Mejorar Siri», que permite usar grabaciones para optimizar el asistente.
El acuerdo, presentado en un tribunal federal de California, cubre a quienes usaron dispositivos con Siri activado entre 2014 y 2024. A casi seis años del inicio del caso, Apple cierra este capítulo con una multa millonaria, pero con su reputación en privacidad puesta en duda.