EEUU y Europa se vuelven cada vez más exigentes respecto a los contenidos que se difunden en las redes sociales, y las principales empresas de tecnología han tenido que dar respuestas sobre los procesos que aplican para filtrar contenidos que pueden ser nocivos, en especial para los menores de edad.
En ese contexto, Spotify prometió a principio de año ser “más transparente” en la manera en la que define cuándo un contenido es aceptable o no. En ese marco, publicó en enero sus normas y en junio formó un Consejo Asesor de Seguridad. Pero ha dado un paso más en esa senda.
La plataforma de streaming de audio anunció este miércoles la compra de Kinzen, una empresa que desarrolla herramientas para detectar potenciales contenidos nocivos y dar alertas tempranas.
La decisión de Spotify Technology SA le permitirá, por ejemplo, que no vuelven a suceder episodios como el de «The Joe Rogan Experience», a principios de año, cuando el podcaster fue acusado de difundir información errónea y falsa sobre el COVID-19.
Pero, según explican, Kinzen ya viene trabajando con la plataforma desde el año 2000, en la integridad de los contenidos, pero luego se ha ido ampliando ese trabajo para detectar casos de desinformación e incitación al odio.
A través de un comunicado, Sarah Hoyle, jefa de Confianza y Seguridad de Spotify, aseguró: «Kinzen ofrece una combinación de herramientas y experiencia para ayudarnos a entender mejor el contenido en nuestra plataforma y las nuevas tendencias de abuso«. Pero los términos del acuerdo no fueron revelados.
Esas alertas tempranas le permitirían ejercer una mejor moderación e una mayor cantidad de idiomas y atentos a las particularidades de cada mercado.