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El acuerdo con el FMI y el inicio incierto de la transición cambiaria: Del cepo duro al cepo quirúrgico
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El acuerdo con el FMI y el inicio incierto de la transición cambiaria: Del cepo duro al cepo quirúrgico

*Por Federico Pellegrini

El gobierno nacional anunció con orgullo el nuevo acuerdo con el FMI: un Extended Fund Facility (EFF) por 48 meses que habilita un acceso total de USD 20.000 millones — equivalentes al 479% de la cuota de Argentina en el Fondo—, con un desembolso inicial de USD 12.000 millones.

En términos comparativos, se trata de un monto extraordinariamente alto para los estándares del organismo. Solo países como Pakistán o Grecia accedieron a cifras similares, y únicamente en contextos de alto estrés sistémico. No es habitual que se desembolse de entrada el 60% del total acordado. En definitiva, el Fondo volvió a jugarse un pleno por la Argentina, aunque esta vez con nuevas exigencias:

• Superávit primario del 1,3% del PBI en 2025, con una meta del 2,2% en 2026.

• Aumento de reservas netas en USD 4.000 millones durante 2025 (sin contar los dólares del FMI).

• Un régimen monetario con metas de M2 privado, y se abandona la base monetaria amplia.

• Levantamiento gradual del CEPO, aunque siguen algunas limitaciones sobre todo a las empresas.

• Reforma tributaria, previsional, segmentación tarifaria y apertura comercial.

• Prohibición de financiamiento monetario al Tesoro.

• Rediseño de encajes y operaciones de mercado abierto para inducir tasas reales
positivas.

De la ortodoxia libertaria al pragmatismo con supervisión del FMI

El gobierno de Javier Milei inició su gestión con un shock en la política económica: devaluación del 118%, desregulación de precios, licuación fiscal y compromiso con el déficit cero. El tipo de cambio oficial quedó atado a un crawling peg del 2% mensual (reducido luego al 1%), en lo que fue claramente un ancla cambiaria de corto plazo.

El algo teníamos razón los economistas: el tipo de cambio estaba atrasado y la corrección era inevitable. El nuevo régimen de bandas, entre $1.000 y $1.400, no hace más que reconocerlo.

El piso queda un 7% por debajo del oficial previo y el techo, un 30% por encima. Al momento de escribir esta nota, el dólar en Binance cotiza a $1.316,68 /$1.332,52, lo que podría ser la zona en la que flote el dólar oficial a partir del lunes.

¿Se levantó el cepo? En parte…

La Comunicación A 8226 del BCRA eliminó el límite de USD 200 para personas humanas vía home banking, pero mantiene un tope de USD 100 si la compra se realiza en efectivo.

Para las empresas, las restricciones siguen:

• Los exportadores de servicios siguen obligados a pesificar sus ingresos.

• Las empresas no pueden girar dividendos de ejercicios anteriores a 2025.

• La remisión de utilidades a casas matrices está prohibida.

Aunque el discurso oficial del presidente anoche por cadena nacional hablo de “flotación libre”, la realidad es que el nuevo esquema establece que el Banco Central intervendrá comprando en el piso y vendiendo en el techo de la banda. Dentro de ese canal, podrá también actuar a discreción para acumular reservas.

En la práctica, se trata de una flotación administrada, lejos del libre mercado que Javier Milei defiende en público.

Inflación, pass-through y la fragilidad del ancla cambiaria

El dato de inflación de marzo (3,7%) reflejó cierta aceleración en el proceso desinflacionario. Con la eliminación parcial del cepo y este nuevo esquema cambiario que se mueve dentro de bandas, aumenta el riesgo de pass-through, especialmente en los sectores transables.

El staff report del FMI proyecta una inflación de entre 18% y 23% para 2025, aunque también advierte que los riesgos están sesgados al alza si se deteriora la posición de reservas o se pierde el ancla nominal.

Las reservas, ¿alcanzan?

Aunque el equipo económico este contento y celebrando el ingreso de los primeros USD 12.000 millones, la situación de las reservas sigue siendo delicada. Según el propio FMI, las reservas netas al primer trimestre de 2025 estaban en torno a -6.400 millones de dólares, producto de un menor superávit comercial, pagos de deuda del Tesoro y BCRA por más de USD 17.000 millones, las intervenciones en MEP/CCL por USD 2.500 millones, y un contexto externo menos favorable.

El acuerdo exige que el BCRA acumule USD 5.173 millones en reservas netas para diciembre de 2025, con metas trimestrales y acumulativas. Una exigencia compleja: representa una mejora de más de USD 11.000 millones en solo un año, excluyendo los desembolsos del propio FMI. El staff del Fondo admite que este objetivo depende críticamente del ingreso de capitales frescos, ya sea por inversión extranjera o financiamiento bilateral y multilateral. Pero con restricciones todavía vigentes para empresas y sin señales claras de apertura financiera, la meta es por demás ambiciosa.

Porque la pregunta sigue siendo la misma: ¿Quién va a traer dólares a un país que aún no deja sacarlos?

Reforma tributaria: ¿ajuste sobre los chicos y los grandes?

El programa incluye una reforma fiscal progresiva, pero no exenta de riesgos. El FMI propone eliminar los impuestos distorsivos (retenciones, impuesto al cheque), reducir los gastos tributarios (hoy en torno al 3,5% del PBI), y ampliar la base de impuestos directos: Impuesto a las Ganancias y también impuesto a la riqueza.

Uno de los puntos más sensibles es la reforma del monotributo. En uno de los puntos del informe, el FMI sugiere “armonizar la tasa del régimen simplificado y facilitar la transición de pequeños contribuyentes al régimen general.” En otras palabras: mayor presión tributaria sobre los monotributistas.

Una transición con más exigencias que certezas

El gobierno firmó un acuerdo exigente y de una magnitud inédita para el Fondo. Pero el verdadero test no serán las metas técnicas, sino políticas y económicas.

Todavía no está claro si el país avanza realmente hacia un mercado cambiario unificado.

Sin reservas, en un contexto internacional difícil, y con el pedido de reformas estructurales difíciles de implementar en un año electoral, el margen de maniobra es acotado. La economía va a seguir operando bajo un esquema segmentado, intervenido y plagado de excepciones.

Lo que si tenemos claro es que la estabilidad de este año electoral no va a ser gratuita. Si el contexto internacional se complica, si no se acumulan reservas o si el frente político se complica, la ilusión del fin del cepo podría durar menos que una corrida.

*Federico Pellegrini es economista con Maestría en Finanzas por la Universidad del CEMA. Autor y conductor del podcast Entre Mates y Mercados, uno de los 100 más escuchados en Argentina, donde analiza temas económicos y financieros con un enfoque accesible y práctico.

 

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