«No sé si lo habrás notado, pero soy una apasionada de lo que hago», me dice con todo el entusiasmo Guadalupe Antao Cortez, fundadora de la Organización Escuelas Bosque en América del Sur, una pedagogía que busca que los niños aprendan a través del descubrimiento y el contacto con la naturaleza.
Es con toda esa pasión que Guadalupe conversó con Newsweek Argentina y me explicó cómo es la educación de Escuelas Bosque. Una forma de enseñanza que rompe con los conceptos tradicionales con el objetivo de que los niños sean dueños de sus propios procesos, aprendan a través del asombro y la curiosidad, tomen riesgos y hasta les enseñen a los maestros, quienes los cuidan y aprenden junto a ellos.
¿Cómo es la pedagogía de Escuela Bosque?
-Es un estilo de aprendizaje que se realiza al aire libre donde los niños a través del juego, de la exploración y de la toma de riesgos controlada y saludable, aprenden y se enriquecen. Se trabaja sobre todo la autoestima y la confianza en sí mismos.
Tomamos a la naturaleza como herramienta pedagógica y en las Escuelas Bosque alrededor del mundo, los chicos pasan el 75% de su tiempo afuera, en un entorno natural.
Para que sea pedagogía de Escuela Bosque en si misma hay definidos ciertos principios que guían: El primero, que la escuela está inmersa en un entorno natural, es decir, que el aprendizaje en la Escuela Bosque es contextual: se aprende con el entorno. Segundo, es un enfoque holístico lo que significa que el proceso de aprendizaje no está puesto solo en la mente sino que está puesto en el eje: mente, cuerpo y espíritu.
-¿Cómo es el rol del maestro en una Escuela Bosque? ¿Es diferente al de un educador de una escuela tradicional?
Ese es justamente otro de los principios, ya que, el proceso de aprendizaje es guiado por el niño por lo que el rol del maestro deja de tener esa figura de experto, del que lo sabe todo, sino que toma un rol más de facilitador, facilitando el proceso de aprendizaje propio del niño.
Aquí los maestros nos comportamos como coaprendices de los pequeños con los que trabajamos porque descubrimos juntos en el entorno natural.
Entonces, nosotros usamos como herramienta un concepto que se llama currículo emergente, consiste en que el planeamiento de la académico viene en contrario a como sería en una escuela tradicional. En una escuela tradicional, se baja la currícula y se dice qué es lo que tienen que aprender los niños y de qué manera. En cambio el currículo emergente es al revés, a partir de la curiosidad del hecho concreto que vivimos en una Escuela Bosque y de cómo el niño reacciona ante ese estímulo, ante esa experiencia en particular, nosotros planeamos una lección para atrás.
Por ejemplo, estamos trabajando en un parque y de repente, vemos un caminito de hormigas que antes no estaba y los chicos se enganchan con eso. Bueno, ahí hay una oportunidad para trabajar sobre eso: a partir de las hormigas podemos abrir todo el ecosistema y hay una lección a planear en función de esa curiosidad.
¿Cómo es un día en una Escuela Bosque?
-En Escuela Bosque tenemos un dicho: «No existe el mal clima, lo que existe es la mala vestimenta». Sin importar el clima que tengamos afuera, con las condiciones de seguridad, nos abrigamos y salimos a la naturaleza.
Hay que pensar que el concepto de Escuela Bosque nació en Escandinavia, en los países más fríos de todo el mundo y los chicos están en temperaturas super heladas en el bosque.
Entonces, la mayor cantidad de tiempo se pasa afuera y va a haber: un tiempo para conectar con el ambiente a través del juego libre. Está estudiado que los niños pueden tardar hasta 40 minutos para conectar entre ellos como grupo y elaborar un juego. El objetivo es que ellos puedan independientemente elegir ese juego y conectar con sus compañeros.
Luego vamos a hacer una actividad vinculada a la exploración, a lo sensorial, se trabaja con todos los sentidos. Se hacen proyectos de arte, proyectos de manualidades, huerta, jardinería.
Después de esos momentos de expansión, que es cuando se sale a explorar, llega el momento de la reflexión, de tranquilidad. Ahí se pueden hacer prácticas mindfulness. Para que el niño internalice lo aprendido, hay que reflexionar sobre eso para que se vuelva parte de uno.
Para los más pequeños, es un cuento, una ronda, una canción, un poema, una respiración, algunas poses de yoga disfrazadas de animales para que sea un juego. Para los más grandes, hacer un dibujo o un poema acerca de lo vivido en ese día o un mapa de sonidos, el chico se concentra solamente en el sentido del oído y conecta no solo con lo que escuchó a su lado sino más allá.
Según entiendo los tiempos son otros, más lentos, es todo más despacio
-Justamente otro punto es que la actividad que se comienza en un día no tiene que terminarse a los 45 minutos o se deja inconclusa y no se continúa al día siguiente. Nosotros buscamos que ellos se encuentren con el proceso, por ejemplo: hacemos huertas, bueno para consumir una lechuga, hay que arrancar por la semilla y todo lo que eso implica, todo lo que tiene que suceder para que podamos comer esa lechuga.
En la actualidad, con la inmediatez con la que los chicos consiguen todo, el delivery, Netflix, apreto un botón y el juego ya está ahí, es muy importante esto que les brinda Escuela Bosque de poder vivir los procesos.
Al participar en un entorno natural durante todo un año, porque otro de los principios es que sea a largo plazo, trabajamos por las estaciones. Así ellos pueden ver que el árbol no es el mismo en marzo que en noviembre, las aves que se nos acercan no son las mismas y si son las mismas, cantan más en una época que en otra.
Leí que la pedagogía de la Escuela Bosque ayuda a que los chicos con su autonomía, creatividad, la capacidad para resolver conflictos. Distintas habilidades que ellos pueden desarrollar para su vida
-Eso es super clave. De hecho otro de los principios es la toma de riesgo controlada y saludable y es clave para el desarrollo de esas habilidades. En general, a los chicos los ponemos como en una búrbuja de no toques esto, no corras tan fuerte, hasta en algunas escuelas se ha prohibido correr en los recreos para evitar la posible caída.
Me preguntan mucho, qué es el riesgo controlado. Los chicos de Escuela Bosque utilizan herramientas desde muy pequeños, hacen proyectos de carpintería desde muy pequeños, construyen fuertes. Proyectos que autogestionan ellos utilizando las herramientas, por supuesto, que el maestro especializado está siempre presente controlando la seguridad de los niños, pero hacer estos proyectos les brinda a ellos confianza en sí mismos, autoestima, se gestionan entre ellos como equipo, se enseñan y se cuidan.
Los dejamos hacer, ellos son dueños de su propio proceso y lo realizan. Y eso es lo que hace que florezca su autoestima y su independencia.
En esta toma de riesgo controlado, ¿hay accidentes?
-Es una pregunta que me hacen mucho y la verdad es que en Escuela Bosque el ratio de accidentes es muchísimo menor que en una plaza o un parque por que los niños al estar acostumbrados a estar en entornos naturales y trepar, correr, son muchos más hábiles físicamente. Eso también está estudiado, que los chicos que asisten a Escuela Bosque son mucho más hábiles, tienen una motricidad gruesa más desarrollada, tienen un mejor balance y un mejor sistema inmunológico: se enferman menos, debido a que, son más resilientes al clima al estar acostumbrados a estar afuera.
Quería preguntarte por el tema de la desconexión, el estar en contacto con la naturaleza y no estar siempre frente a una pantalla
-El movimiento de Escuelas Bosque nació en los países nórdicos, que fueron unos de los primeros países en incorporar tecnología en las escuelas hace muchos años y ahora son de los primeros en sacarla. Los daneses eliminaron las herramientas tecnológicas y en el último ciclo escolar volvieron a los libros y a las salidas como material académico.
Ya no está la tecnología presente en las escuelas porque los estudios determinaron que el cerebro de un niño no está preparado hasta los 13 años para manejar el control de la tecnología y que se generan adicciones.
Estas adicción no es solo que no pueden parar de usar la tecnología sino que además les genera síntomas de ansiedad, depresión, frustración porque la tecnología nos da una satisfacción inmediata que después no se condice con la vida real.
Entonces, lo que hace una educación más cercana a los procesos naturales es volver a nuestras raíces, que a veces nos olvidamos pero que como personas es lo que mejor nos hace.
Cualquier adulto cuando vuelve de vacaciones y estuvo en un entorno natural, una playa, un bosque, salió de su rutina diaria de ciudad, va a decir que respiró aire fresco, que está más relajado. Y eso es verdad, uno cuando hace una paseo en la naturaleza, los niveles de estrés bajan automáticamente, la ansiedad para.
Por lo tanto, que importante para los niños enseñarles y facilitarles un espacio para que ellos puedan sacarse el estrés, conectar y generar una relación empática con la naturaleza, que se sientan parte del entorno natural.
En Escuela Bosque hay un enfoque que consiste en que el ser humano es parte bondadosa de la naturaleza. Por eso, hay que conectar con la naturaleza para aprender a quererla y cuidarla, así el cuidado va a venir solo si el aprendizaje es desde muy temprana edad.