Los encantos de Aruba, tanto en tierra como en mar, la hacen perfecta para descansar y descubrir un mundo de hospitalidad. Usted decide qué visión conocer y de qué manera explorar la isla, aunque nadie podrá escapar de sus propuestas relacionadas al turismo de bienestar que dejan en evidencia por qué se la conoce como la Isla Feliz del Caribe.
La isla se encuentra ubicada en el corazón del Caribe meridional, a tan solo 20 km de la costa venezolana. Aquí siempre es verano y por eso no existe un mal momento para visitarla. Esta nación caribeña tiene 184 km² de territorio y su población permanente ronda los 120.000 habitantes; sin dudas, una de sus mayores riquezas es su gente, siempre dispuesta a brindar una cálida sonrisa.
Crédito: Autoridad de Turismo de Aruba (ATA)
Difrutar Aruba de la A a la Z
Al llegar a la isla comencé a notar caras sonrientes en todas partes. Sus habitantes nos recibieron con los brazos abiertos, dispuestos a hacer inolvidable nuestra estadía. Camino al hotel empecé a relajarme con los paisajes que veía desde la ventana del auto. Recién llegada a uno de los sitios más acogedores del planeta, me abrumaba mi propia ansiedad por saber y conocer todos los secretos de la isla. Entonces entendí porqué los visitantes de Aruba son tan leales y regresan año tras año.
Los arubianos me decían que la aventura se encuentra más a menudo en el descubrimiento de lo inesperado. Lo cierto es que la isla tiene mucho que mostrar y la gran oferta de excursiones hace difícil la elección. ¿Por dónde empezar? La combinación perfecta es disfrutar de las maravillas históricas, culturales y naturales que se pueden encontrar en toda Aruba. Nuestra excusa para recorrer la isla no fue sólo pisar sus arenas doradas, también cruzar un portal de turismo del bienestar más abaractivo.
Mientras en la ciudad de Nueva York se ofrecen masajes robóticos que combinan inteligencia artificial y mecánica de avanzada donde las manos de la máquina trabajan sobre los músculos, en Aruba se ofrecen experiencias personalizadas con un valor agregado basado en la calidez humana que nadie podría igualar.
Poco después de haber aterrizado, gocé de un increíble día de navegación en Mangle Halto y mi primer chapuzón fue como recibir el bautismo de la isla. El espectacular mar Caribe es un reino acuático ideal para zambullirse en su vida marina y en sus fascinantes arrecifes de coral. Pude bucear con esnórquel en las aguas serenas y cristalinas; y al ponerme la máscara quedé inmersa en un exótico mundo de peces tropicales de vívidos colores que parecían no inmutarse con mi presencia.
Crédito: Autoridad de Turismo de Aruba (ATA)
Tal vez madrugar no es lo que uno elige para sus vacaciones, pero recomiendo hacer el esfuerzo aunque sea por un día. A los madrugadores les encantará conocer el otro ritmo perteneciente al amanecer. El esfuerzo valió la pena al explorar el inusual paisaje desértico y en las sensacionales formaciones rocosas en Alto Vista –en el lado este del extremo noroeste de la isla– que se yerguen al cielo mientras, a lo lejos, las olas rompen contra la costa. Una caminata consciente en silencio y meditar en este enclave geológico impregnó el “efecto Aruba” en mi cuerpo y mente. Además de tener un palco principal para admirar la belleza arubana, es un recurso válido para restablecer nuestra energía de una manera sencilla.
Definitivamente un hito de bienestar es experimentar una clase de SUP Yoga, una actividad que combina dos disciplinas: Stand Up Paddle Surf y el Yoga, basada en practicar yoga sobre el azul del mar Caribe; una combinación imbatible para relajarse. Pero obviamente que en este camino “wellness” no todo implica estar en movimiento. El abanico de propuestas de Aruba son tan amplias que van desde visitar el Mariposario Butterfly Farm para adentrarse en un silencioso jardín tropical y meditar entre las criaturas más coloridas del mundo, hasta masajes tradicionales en cualquiera de sus hoteles cinco estrellas. (Decidir qué tipo de masaje disfrutar puede ser una tarea abrumadora pero tentadora).
Hace años que el país caribeño ostenta con el primer puesto de “Mejor Playa del Caribe” según los premios anuales Travellers’ Choice® Awards, quizás por eso todos los visitantes quieran poner sus pies en la resplandeciente arena blanca de Eagle Beach, una de las playas más icónicas y fotografiadas de la isla (¡hasta el año pasado fue la número dos del mundo!). No hay mejor manera para despedirse con una espectacular puesta de sol allí. Quien visite Aruba jamás podrá olvidarse de los tonos naranjas y rojos del crepúsculo.
Descubrir la Isla Feliz más allá de lo obvio me empachó de plenitud. Aruba es un santuario de relajación, es el lugar perfecto para renovarse a través de terapias naturales efectivas que regalan un profundo estado de paz y vitalidad. Sepan que quien visita Aruba ya no vuelve a ser la misma persona.
