Viajar está en el ADN de los argentinos y estas vacaciones de invierno no fueron la excepción. Mientras algunos aprovecharon para quedarse en casa, otros se rindieron ante sus ganas de viajar y tomarse unos días. Según una encuesta realizada por la plataforma Booking.com, el optimismo por los viajes es notorio, ya que para el 48% de la comunidad viajera argentina invertir en vacaciones continúa siendo su prioridad y el 82% afirma que siempre vale la pena viajar.
Este relevamiento identificó que uno de los destinos nacionales más buscados durante el mes de julio fue la ecléctica ciudad de San Carlos de Bariloche, en la provincia de Río Negro. Pero este enclave que se engalana en su temporada de nieve también ocupa un lugar en el podio durante el resto de las estaciones del año. Turistas argentinos y extranjeros la elijen por su imponente belleza y la diversidad de actividades que hay para hacer allí o en los alrededores. Tiene una gama tan amplia de experiencias imperdibles que se posiciona un destino fascinante durante todo el año.
¿Por qué vale la pena visitar Bariloche fuera de temporada? La ciudad rionegrina está lista para florecer en primavera. Sí, porque los precios bajan. Pero más allá del tema económico, la visita a la ciudad rionegrina es ampliamente recomendable fuera de temporada porque hay menos gente y se puede disfrutar más de la ciudad y sus alrededores. Sus impresionantes paisajes se destacan por una paleta de colores vibrantes, brinda aventuras emocionantes que van allá de la nieve y su rica cultura invita a los viajeros a explorar y disfrutar cada rincón. Además, la gastronomía es excelente y cada vez hay más opciones para satisfacer todos los paladares.
Bariloche, conocida como la “Suiza argentina”, merecer ser visitada durante la primavera y vivir su ambiente “local” sin tanto turismo. Además, al no ser temporada alta la demanda baja un poco, caen con ella los precios y pueden volverse realidad algunos sueños como hospedarse en el tradicional y cálido hotel NH Edelweiss. Con una ubicación privilegiada –a metros del Centro Cívico– y gracias a todos sus servicios ofrecidos al igual que los mejores hoteles del mundo, NH Edelweiss es el hogar de todos sus huéspedes. La atención de sus empleados hacen sentir a los viajeros tan cómodos que todos se saludan por su primer nombre. Con habitaciones espaciosas y luminosas, muchas de las con vistas al lago Nahuel Huapi y a las montañas con nieve eterna, es el hospedaje ideal para ir en familia. Pero mención aparte merece su gastronomía de primer nivel. Quien conoce el sur argentino y ha degustado los productos típicos de la zona sabe que son para paladares exigentes: desde frambuesas y frutillas silvestres que abundan en los muchos bosques de la zona hasta el famoso cordero o trucha patagónica, todas estas opciones se pueden encontrar a la hora de comer en la carta de La Távola, el restaurante del hotel. También está la propuesta del Bar El Patio, platos más ligeros durante todo el día que se complementan con una completa carta de vinos.
Con bosques milenarios, montañas cubiertas de nieve eterna y lagos cristalinos, los paisajes de película abundan y se llevan todo el protagonismo. Bariloche está preparada para todos los públicos y todos los bolsillos.
