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Nueva atracción en Río de Janeiro: una tirolesa a casi 1.000 metros de altura
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Nueva atracción en Río de Janeiro: una tirolesa a casi 1.000 metros de altura

Siempre es atractivo conocer una nueva ciudad o país, pero no lo es menos descubrir que un destino ya conocido puede ser vivido de una manera distinta, desde otra perspectiva. Y eso es lo que propone ahora Río de Janeiro, un clásico mundial, pero especialmente para los argentinos.

La “cidade maravilhosa” está inmersa en un plan de reconversión del área del Cristo Redentor, un ícono de la ciudad y de Brasil; y también en el Pan de Azúcar. En ese marco, confirmaron que en noviembre se pondrá en funcionamiento una nueva atracción para los amantes de la adrenalina, quienes buscan “ponerle el cuerpo al paisaje”.

Se trata de una tirolesa suspendida a casi 1.000 metros de altura, que complementará el ascenso en el ya mítico teleférico “Bondinho”.

¿Cómo funcionará esta experiencia? El viajero o el propio carioca pueden subir al monumento natural de la ciudad en el teleférico y luego descender a toda velocidad, lanzándose por la tirolesa hacia el Morro de Urca.

Quienes se animen a descender en la tirolesa alcanzarán una velocidad de 100 k/h (Foto: Riotur)

Tardarán menos de un minuto en transitar esos 755 metros entre ambos cerros, alcanzando los 100 kilómetros por hora. Para garantizar que no se formen cuellos de botella, habrá cuatro líneas disponibles.

“Será la tirolesa más bonita del mundo; no será la más larga ni la más rápida, pero sí la más bonita”, prometió Sandro Fernandes, presidente de la empresa que administra el acceso al monumento.

Como se señalaba, se pondrá en marcha en noviembre, en el marco de los 110 años del icónico Bondinho. Pero lo cierto es que todavía está en preparativos técnicos y administrativos.

Una vez en funcionamiento, ofrecerá una nueva perspectiva de la ciudad, con una vista única hacia la Bahía de Guanabara. Desde la cima de ambos morros es posible observar el paisaje urbano, la playa de Botafogo, la costanera de Copacabana y la entrada de la bahía. Además, durante el verano, el anfiteatro ubicado en la cumbre del Urca ofrece conciertos y actividades de entretenimiento, con un imponente show de luces en homenaje a la ciudad.

ATRACTIVO CON HISTORIA

El interés turístico por el Pan de Azúcar también tiene su origen en una aventura. Cuentan que en 1817 la alpinista inglesa Henrietta Carstairs fue la primera persona en escalar el cerro. Al llegar a la cumbre, clavó en el lugar una bandera de su país.

Muy pocos valientes lograron la misma hazaña en los años subsiguientes, pero la promesa de una vista distinta de la ciudad llevó a soñar con la posibilidad de acceder de una manera más sencilla y para todos.

Así fue que en 1909 se instaló el Bondinho, un teleférico que permitió que en los primeros años del siglo XX pudieran visitarlo más de 5 millones de personas. Fue el primero de Brasil y el tercero en el mundo. Y, de hecho, hoy es el más antiguo en funcionamiento.

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