No importa cómo se llega a Chile, apenas se toca territorio trasandino su gente siempre recibe con los brazos abiertos. Su capital chilena sorprende, el viajero será recibido por una ciudad abierta al mundo con proyección internacional. Santiago de Chile es una metrópoli tranquila pero a su vez vibrante, una ciudad que brinda seguridad a pesar de estar en constante cambio y en permanente movimiento con una pujante actividad económica. Siempre vigente. Todas estas características hoy pueden ser atractivas, especialmente para los viajeros argentinos.
Pegado al Cerro San Cristóbal y su virgen, con vistas a la Cordillera de los Andes, en un barrio céntrico de Santiago llamado Providencia, se erige el Sheraton Santiago Hotel. Con una ubicación privilegiada, el edificio con líneas geométricas simples cuenta con todo lo necesario y más para una vida de calidad en la capital chilena. Próximo a un importante polo comercial y turístico, el huésped estará a pasos de muchos lugares de interés que visitar. Sin dudas, es uno de los mejores barrios donde dormir en Santiago. Quizás el más recomendables para alojarse.
Desde el hotel se puede distinguir el mirador del Costanera Center, el rascacielos más alto de Sudamérica, y definitivamente amerita una pasada. Pero ningún recorrido cosmopolita estaría completo sin visitar diferentes barrios que se destacan por su elegancia, modernidad, y por ser en general tranquilos y seguros. La ciudad encanta por sus diversos paisajes y esa versatilidad de actividades que la caracteriza, y el Parque Bicentenario merece una mención aparte. Enclavado en el barrio en boga Vitacura, este espacio verde conformado por 30 hectáreas es ideal para caminar y pasar tiempo al aire libre en contacto con el verde.
COMO EN CASA
El Sheraton Santiago Hotel está vigilado por la imponente cordillera de los Andes, en una ciudad con contrastes culturales y climáticos que han marcado la identidad del país y su gente. Amables, enérgicos y cercanos, los chilenos comparten con orgullo el amor por su territorio. Y eso se siente y se vive en el hotel, pues todos sus empleados brillan por su hospitalidad siempre dispuestos a complacer a los huéspedes con lo que deseen en el momento que lo soliciten.
En cada una de sus amplias 525 suites y habitaciones se respiran aires modernos, todas equipadas con la última tecnología, cafeteras con juegos de café y té completos y ventanales del piso al techo con vistas inigualables. Pensado para huéspedes que buscan experiencias diferentes, sus ser- vicios Premium cumplen con las expectativas tanto de los viajeros exigentes como los del turismo corporativo.
Los sabores de sus dos restaurantes son exquisitos. Ya sea la exclusiva cocina de “El Cid”, con una notable carta internacional y una amplia oferta de vinos chilenos y de todas partes del mundo. Por su parte, el Bohío (abierto en temporada), cuenta con un amplio espacio al aire libre y un ambiente descontracturado, ideal para eventos privados o para juntarse con amigos. Y cuando el sol se oculta, comienza la diversión más candente con música en vivo.
Más que un hotel, más que una forma de vida, Sheraton de Santiago es una forma de disfrutar cualquier viaje, sea de negocios o placer. Es el lugar donde se puede escapar de la rutina y ser parte de todo lo que está pasando en la capital chilena.
