A la espera de una vacuna que ponga fin al coronavirus, el turismo trata de salir del estado de terapia intensiva en el que se encuentra desde hace más de seis meses, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró al COVID-19 como pandemia y los países cerraron sus aeropuertos. Una señal de aliento para esta industria, que ha tenido un impacto sin precedentes con una caída del 95% de los viajes a nivel mundial como consecuencia de este contexto, es la lenta pero paulatina reapertura de las fronteras y la reactivación de los vuelos comerciales internacionales.
Es el caso, por ejemplo, de Colombia, cuyo primer vuelo de reactivación aérea internacional fue ayer con la ruta Cartagena-Miami. A nivel local, los actores de la industria se ilusionan con el plan para retomar los vuelos de cabotaje e internacionales a partir del 1 de octubre, según anunció el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni.
Los países de puertas abiertas todavía son la minoría y no alcanzan a 50 naciones en el mundo. En esta lista están Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, México y Ecuador, entre otros. Pero cada uno tiene sus propias normas, que incluyen la obligatoriedad de test o cuarentena.
Presentar el test PCR negativo para entrar en otro país ya forma parte de la nueva normalidad.
La mayoría de estos países imponen la obligatoriedad de hacerse el examen apenas unos días antes de viajar o una vez en el destino, según el caso. Dado el contexto de alerta de salud global, también se extendió la necesidad de contratar una asistencia médica para el ingreso a la mayoría de los países.
En relación a este último punto, según un relevamiento realizado por ASSIST CARD, ya hay más de 40 destinos en todo el mundo que tienen esta exigencia. La lista de países, actualizada a fines de agosto: Alemania, Angola, Argelia, Aruba, Austria, Bélgica, Bermudas, Bielorrusia, Brasil, Camboya, Qatar, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Ecuador, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Países Bajos, Hungría, Irán, Islandia, Israel, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, Suecia, Suiza, Tailandia, Turquía, Ucrania, Uruguay y Venezuela. Además de estos países, Australia y Nueva Zelanda exigen un seguro de viaje para los estudiantes.
Por ejemplo, Brasil, uno de los destinos favoritos de los argentinos, desde el 29 de julio pasado exige que para ingresar al país es obligatorio contar con una asistencia médica. Lo mismo ordena Costa Rica. Quienes ingresen al país centroamericano tienen que mostrar su asistencia de viaje que cubra cualquier imprevisto médico como no médico, como ser una estadía extendida inesperada en un hotel. Camboya, en el sudeste asiático, solicita a los turistas contratar antes de viajar un servicio de asistencia al viajero con una cobertura no menor a 50.000 dólares. Y, además, al arribar, deben abonar un depósito de 3.000 dólares para ingresar. De ese monto, se utilizarán 160 dólares para la prueba de PCR y los gastos de aislamiento. Si es negativa se devuelve el resto. Sino, se utiliza para cubrir los gastos de aislamiento e internación.
Teniendo presente esta información y conociendo la necesidad latente de los viajeros, las empresas de asistencias al viajero han adaptado sus productos para cubrir aspectos que ahora se vuelven cruciales, como la cobertura integral por coronavirus. En ese sentido, por ejemplo, ASSIST CARD se adaptó a las nuevas normas del mercado turístico y ahora tiene disponible soluciones como “COVID Extra”, que brinda cobertura por imprevistos no médicos derivados por el coronavirus, como la cancelación del viaje por diagnóstico positivo previo al vuelo o reembolsos por gastos no gozados.
La pandemia del coronavirus y su consecuente crisis mundial ha cambiado, por un lado, los hábitos de los viajeros, ahora más precavidos y conscientes sobre el cuidado de su salud a la hora de pensar un viaje al exterior, y, por el otro, también las reglas para el ingreso de turistas a otros países, que apuntan a evitar que sus sistemas de atención médica colapsen.