El turismo para vacunarse contra el covid-19 comenzó a ocurrir en diciembre de 2020, cuando emergieron excursiones para llevar a personas de la India a otros países a aplicarse la vacuna de Pfizer-BioNTech. El precio por este viaje rondaba los 1,700 dólares e incluía paseos por la ciudad a la que se visitaba.Este fenómeno de viajar fuera del lugar de residencia para recibir servicios de salud, bienestar o cosméticos se práctica desde épocas inmemorables y se conoce como turismo médico.
La causa mayor para esta práctica es la combinación entre servicios de salud no disponibles en el lugar de residencia y precios de atención mucho más bajos. De acuerdo con datos de Patients Beyond Borders, antes de la pandemia, en el año 2019, la derrama económica por este tipo de actividades en el mundo fue de 74,000 a 92,000 millones de dólares provenientes de entre 21 millones y 26 millones de pacientes que gastaron un promedio de 3,550 dólares por visita, incluyendo sus gastos médicos.
La demanda es tal que en varios países se han creado clústeres, es decir, grupos de empresas, organizaciones, personas e instituciones gubernamentales y privadas que están conectadas a través de uno o varios productos comunes para operar en un área determinada.
Las causas de salud más populares que hacen a las personas viajar a otra ciudad o país son cirugías plásticas, procesos dentales, procedimientos cardiovasculares, problemas ortopédicos, tratamientos contra el cáncer y métodos de fertilidad.
Sin embargo, este tipo de turismo no solo se relaciona con el tratamiento de enfermedades, sino que cada vez se apareja con el turismo de bienestar, el cual ofrece actividades de relajación, psicológicas y de yoga, así como dietas saludables.
El objetivo de este tipo de actividades es renovar la mente y espíritu. De acuerdo con la consultora Deloitte, México se ha convertido en el principal destino para el bienestar en Latinoamérica y obtuvo una derrama de 10,500 millones de dólares en 2018. El segundo lugar lo tiene Brasil, con una derrama de 2,500 millones de dólares.
Otro tipo de turismo relacionado es el cosmético, donde las cirugías plásticas llevan la delantera. Hay países que se especializan en este tipo de atención, como Colombia, Venezuela y Brasil. Sin embargo, Tailandia está en la pelea por posicionarse como el mejor ofertante, por lo que está creando planes que ofrecen cirugías de aumento de busto, boletos de avión, días de compras y estancias en hoteles de lujo.
UN GIGANTE EN ASCENSO: TAILANDIA
Puedes buscar en Google “turismo médico, Tailandia”, y fácilmente encontrarás docenas de páginas que te ofrecen paquetes turísticos para hacerte una rinoplastia, ir de compras y visitar playas espectaculares.
Tailandia es el gigante asiático en turismo médico. Sobresalen los hospitales privados como el Bumrungrad International Hospital, Bangkok Hospital Group y Samitivej Hospitals, los cuales desde el año 2000 han dedicado sus estrategias para atender a extranjeros.
La estrategia de Tailandia es reabrirse al mundo, después de la larga pandemia, apostando por una fuerte oferta de turismo médico que reactive su economía. De hecho, el Bumrungrad International Hospital acaba de anunciar su primera clínica de bienestar para la recuperación poscovid, lista para los tailandeses ricos y extranjeros que puedan pagar sus servicios.
NO TODO ES COLOR DE ROSA
A pesar de la cuantiosa cantidad de dinero que produce el turismo médico, este tiene desventajas y consecuencias. En primer lugar, puede debilitar el sistema médico público de salud, en especial respecto a los profesionales de la salud. Para el personal de salud que decide emplearse en el área destinada para el turismo médico el salario o ganancia puede ser mayor —hasta en un 70 por cierto, de acuerdo con la Medical Tourism Association— que en el ámbito público, lo que disminuye los incentivos del personal de salud para trabajar para el gobierno.
A su vez, esto puede provocar una disminución en la calidad y disposición de servicios de salud en el sector público, ahondando al crecimiento de la brecha de desigualdad entre atención privada y pública.
Asimismo, el atractivo monetario de estas actividades ha atraído a la apertura de clínicas clandestinas, con profesionales sin la debida certificación o materiales sin la calidad requerida. Por ejemplo, este año la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Baja California anunció la clausura de cien clínicas en dicho estado que no cumplían con las medidas necesarias para su operación.