Si decimos Londres, seguro imaginás íconos clásicos como el London Bridge, el Buckingham Palace, el Big Ben y el London Eye. O incluso podés pensar en el tan esperado cambio de guardia, los colectivos de dos pisos y las típicas cabinas telefónicas rojas. Quizás también pensás en los días fríos y la lluvia, ok, está bien. Pero la capital británica es muchísimo más que eso y vale la pena rescatarlo, ¡hay mil razones para amar Londres! Acá te revelamos el verdadero spirit of London de la mano de nada más y nada menos que Beefeater, ícono de la ciudad.
Hablemos del acento; ¿quién no se derrite al escucharlo? Consonantes que no se pronuncian y vocales con sonidos particulares son las cualidades propias de una pronunciación no solo británica, sino específicamente londinense. Es sorprendente que, aunque sea una ciudad relativamente pequeña, existe una gran cantidad de acentos, como el cockney, el estuario y la pronunciación recibida. Entenderlos ¡es todo un desafío!
Londres es escenario de miles de historias inolvidables, películas espectaculares e íconos de la cultura popular. Desde clásicos como Sherlock Holmes, Mary Poppins y Harry Potter, hasta imperdibles como The Crown, Love Actually y las sagas de James Bond y Bridget Jones. La lista sigue y sigue… Y sí, es uno de nuestros escenarios preferidos.
El subte, o “tube” como ellos le dicen, es otra de las cosas que hacen a esa ciudad un gran lugar: es el sistema de transporte de este tipo más antiguo del mundo. Súper puntual y súper eficiente para moverte por todos lados. Y ya que nombramos el transporte público, hay que decir que el tránsito es impecable: ponés un pie en la calle y todos los autos frenan para dejarte pasar, pues el peatón tiene máxima prioridad. Lo que sí, no te arriesgues a conducir si no tenés experiencia, ¡hacer todo al revés no es para nada fácil!
Además, es un importante epicentro del teatro musical, casi como Broadway (real). El barrio del West End (en el centro de Londres) reagrupa la mayoría de los teatros londinenses, también llamado “Theatreland” por los grandes escenarios de teatro profesional. Junto con Broadway en Nueva York, suele considerarse que el del West End representa el máximo nivel del teatro comercial en el mundo de habla inglesa. Es por eso que tiene increíbles espectáculos de primer nivel y es una alternativa original muy elegida por turistas y locales.
Un destino dice mucho con su comida típica, y no podemos dejar de nombrar los típicos fish and chips y el histórico afternoon tea. Además, es la cuna de Beefeater, ¿sabías? Un joven destilador del siglo XIX, llamado James Burrough, creó el gin más premiado del mundo fabricado en Londres hasta el día de hoy. La marca debe su nombre a un ícono de la capital inglesa; inspirado en los beefeaters o Yeoman Warders, famosos guardias de la Torre de Londres, Burrough quería un símbolo que fuera reconocible en todo el mundo y que a su vez relacionara el producto a su origen. Hecho de forma tradicional y artesanal, tanto en sus métodos como en los instrumentos y técnicas utilizados, Beefeater es uno de los gins más antiguos de Londres, símbolo de la excelencia londinense.
De más está decir que Londres es una de las grandes ciudades más antiguas y más cosmopolitas. Recordando esas clases de historia que todos presenciamos en el colegio, visitar la capital inglesa es un viaje al pasado, donde cada esquina y rincón tienen una historia o anécdota para contar.
Y este viaje es mucho más que Londres: además de visitar cada rincón de la ciudad, es posible aprovechar para conocer otros destinos cercanos en los alrededores. Stratford-upon-Avon, York, Windsor, Liverpool, Notting Hill, Oxford, ¡hasta Stonehenge!
Las razones para amar Londres son casi que infinitas.
Bonus track: la mejor forma de terminar el día (ya sea luego de recorrer Londres en primera persona o de viajar con la imaginación) es bebiendo un Gin & Tonic con Beefeater. Así sí que se vive el espíritu de Londres a pleno, sea donde sea.